30 de marzo de 2010

Sequía en Venezuela es la más intensa en 118 años

Caracas.- El ministro para el Ambiente, Alejandro Hitcher, refirió este domingo que de acuerdo con datos suministrados por el Observatorio Cagigal, la época de sequía que actualmente sufre el país corresponde a la más intensa registrada en 118 años de datos hidrológicos.
 
Hitcher expresó: “Estamos ante un fenómeno ambiental extremo, que se expresa en la sequía más intensa registrada en el centro de recepción de datos hidrológicos más antiguo del país”.

En ese sentido, calificó de apátridas a los sectores del país que pretenden mantener una intensa campaña mediática de desconsideración con el pueblo venezolano, porque desconocer el desastre ambiental que sufre Venezuela y el mundo.

Hitcher aseguró que el Gobierno Nacional, desde hace aproximadamente cuatro meses, intensificó las medidas de preservación de reservas de agua y uso racional de energía eléctrica en función de alejarse cada vez más del colapso y la catástrofe.

Indicó que el Gobierno está haciendo un manejo responsable de la situación, tanto en suministro eléctrico el cual entre 63% y 67% proviene de hidroelectricidad, como en planes de ahorro y abastecimiento de agua, el cual apoyado por el consumo consciente de los servicios por parte de la población, permitirá superar con resultados positivos la crisis actual.

Respecto a uno de los embalses y generadores de electricidad más importantes para el suministro de agua en el país, la represa El Guri, el ministro de Ambiente enfatizo: “El Guri no va a colapsar. A despecho de quienes generan esta campaña de desconsideración con el pueblo”.
 
Explicó que entre otras medidas desarrolladas para la preservación de reservas de agua, existe un plan de introducción de mayor energía por generación geotérmica a través de la generación distribuida y a través de plantas termoeléctricas que se están construyendo.
 
“En la medida que incorporamos más kilowatios hora al sistema producido por termoeléctrica, son menos las extracciones que hacemos en el Guri, por lo tanto bajamos los niveles de consumo", explicó.

Política Europea insostenible sobre los agrocombustibles

Un nuevo informe de la Comisión Europea confirma que la demanda de agrocombustibles en Europa perjudicará al medio ambiente y agravará el cambio climático

David Sánchez, responsable del área de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra España declaró que "la política europea sobre los agrocombustibles es cada vez más insostenible, y de no revisarse agravará los procesos de deforestación y emisión de gases de efecto invernadero. Hay que acabar con este sinsentido y empezar a trabajar con soluciones reales que pongan fin al cambio climático".
El informe evalúa las implicaciones europeas para obtener un máximo de un 5.6% de los recursos energéticos empleados en el transporte de los agrocombustibles para 2020, concluyendo que por encima de esta cifra se aumentarán drásticamente las emisiones y los agrocombustibles terminarán volviéndose insostenibles. La UE se ha marcado como objetivo que para el suministro del transporte terrestre se utilice un 10% procedente de fuentes renovables, del cual la mayoría procederían de los agrocombustibles.
También señala que la amenaza de los cambios indirectos en el uso del suelo es real porque los cultivos destinados al suministro energético podrían expandirse a costa de los bosques. Así, el estudio demuestra que las emisiones de gases de efecto invernadero se dispararían a partir de un objetivo del 4,6%. La Comisión Europea debe hacer una propuesta a finales de 2010 sobre cómo hacer frente a estas emisiones adicionales.
David Sánchez insistió en que "estos resultados exigen una revisión urgente de la política europea sobre los agrocombustibles. ¿Cómo va a restringir la UE su uso para que no perjudiquen al medio ambiente o a las personas? Hay que acabar con el objetivo del 10%, que incluye a los agrocombustibles."

28 de marzo de 2010

Manifiesto “El camino hacia otro modelo energético-climático”

¡FAVOR DIFUNDIR AMPLIAMENTE!

Estimad@s amig@s,

Les escribimos para pedirles su adhesión al Manifiesto “El camino hacia otro modelo energético-climático”, a favor de la Iniciativa ITT-Yasuni de dejar el petróleo bajo el suelo, que actualmente se encuentra en peligro de quedar en el olvido. Esta iniciativa surgida de la sociedad civil ecuatoriana y recogida por el Gobierno de Rafael Correa, es una inspiradora propuesta internacional de conservación de la biodiversidad global, lucha contra el cambio climático y avance hacia la construcción de una sociedad post-petrolera. Para su puesta en marcha, es necesario que:

-  el gobierno ecuatoriano, actualmente bajo presión de las compañías petroleras, mantenga su apuesta,

-  y que los Estados industrializados asuman su Deuda ecológica y social con los países del Sur y se comprometan a apoyar la Iniciativa con recursos financieros, evitando medidas contraproducentes para las sociedades del Sur como los bonos de carbono, el uso de Ayuda al Desarrollo, canje de deudas ilegítimas, etc.

Ayúdennos a conseguir el compromiso de los gobiernos europeos a favor de la Iniciativa ITT-Yasuní, como mejor herramienta de presión al gobierno ecuatoriano.

Para ello, buscamos la adhesión de organizaciones, colectivos y grupos al Manifiesto, que se encuentra en el siguiente enlace: http://www.salvalaselva.org/protestaktion.php?id=552

Pueden adherirse completando el formulario que encuentran bajo el manifiesto hasta el 22 de abril de 2010. A través de ese link acceden a versiones del Manifiesto en inglés, francés y alemán.

El Manifiesto será transmitido a las autoridades de diferentes países europeos después de esa fecha.

Para más información: yasuni-europa@gmail.com.

Muchas gracias por su colaboración,

Campaña Yasuni Green Gold (Reino Unido)
Confederación Ecologistas en Acción – Ekologistak Martxan – Ecologistes en Acció – Ecoloxistes n’Aición (Estado español)
Enginyeria Sense Fronteres (Estado español)
Movimiento Idun (Estado español)
Observatori del Deute en la Globalització (Estado español)
Salva la Selva / Rettet den Regenwald (Alemania)

23 de marzo de 2010

ANTICAPITALISMO y justicia climática

Por Esther Vivas*

ALAI ALATINA, 23/03/2010.- El cambio climático es, a día de hoy, una realidad innegable. El eco político, social y mediático de la cumbre de Copenhague, en diciembre 2009, fue buena prueba de ello. Una cumbre que mostró la incapacidad del propio sistema capitalista de dar una respuesta creíble a una crisis que él mismo ha creado. El capitalismo verde se apunta a la carrera del cambio climático, aportando una serie de soluciones tecnológicas (energía nuclear, captación de carbono de la atmósfera para su almacenamiento, agrocombustibles, etc.) que generarán mayores impactos sociales y medioambientales. Se trata de soluciones falsas al cambio climático que intentan esconder las causas estructurales que nos han conducido a la situación actual de crisis y que buscan hacer negocio con la misma, a la vez que plantean la contradicción entre el cálculo cortoplacista del capital y los ritmos largos del equilibrio ecológico.

En este contexto, es urgente un movimiento capaz de desafiar el discurso dominante del capitalismo verde, señalar el impacto y la responsabilidad del actual modelo de producción, distribución y consumo capitalista y vincular la amenaza climática global con los problemas sociales cotidianos. Copenhague ha sido hasta ahora la mayor expresión del movimiento por la justicia climática, coincidiendo justamente con el décimo aniversario de las movilizaciones contra la OMC en Seattle. Una protesta que, bajo el lema “Cambiemos el sistema, no el clima”, expresa esta relación difusa entre justicia social y climática, entre crisis social y crisis ecológica. Pero el éxito de las protestas en Copenhague contrasta con la debilidad de las manifestaciones a nivel mundial, con algunas excepciones como Londres.

La actual crisis plantea la necesidad urgente de cambiar el mundo de base y hacerlo desde una perspectiva anticapitalista y ecosocialista radical. Anticapitalismo y justicia climática son dos combates que tienen que ir estrechamente unidos. Cualquier perspectiva de ruptura con el actual modelo económico que no tenga en cuenta la centralidad de la crisis ecológica está abocada al fracaso y cualquier perspectiva ecologista sin una orientación anticapitalista, de ruptura con el sistema actual, se quedará en la superficie del problema y al final puede acabar siendo un instrumento al servicio de las políticas de marketing verde.

Frenar el cambio climático implica modificar el actual modelo de producción, distribución y consumo. Los retoques superficiales y cosméticos no valen. Las soluciones a la crisis ecológica pasan por tocar los cimientos del actual sistema capitalista. Si queremos que el clima no cambie, es necesario cambiar el sistema. De ahí, la necesidad de tener una verdadera perspectiva ecosocialista, o ecocomunista como señalaba Daniel Bensaïd en uno de sus últimos artículos.

Asimismo, se deben de combatir las tesis del neo-malthusianismo verde que culpabilizan a los países del Sur por sus altas tasas de población y que buscan controlar el cuerpo de las mujeres, socavando el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo. Luchar contra el cambio climático implica enfrentar la pobreza: a mayor desigualdad social, más vulnerabilidad climática. Es necesario reconvertir sectores productivos con graves impactos sociales y ambientales (industria militar, automovilística, extractivas, etc.), creando empleo en sectores sociales y ecológicamente justos como la agricultura ecológica, servicios públicos (sanitarios, educativos, transporte), entre otros.

Acabar con el cambio climático implica apostar por el derecho de los pueblos a la soberanía alimentaria. El modelo agroindustrial actual (deslocalizado, intensivo, kilométrico, petrodependiente) es uno de los máximos generadores de gases de efecto invernadero. Apostar por una agricultura ecológica, local campesina y por unos circuitos cortos de comercialización permiten, como dice La Vía Campesina, enfriar el planeta. Asimismo, hay que integrar las demandas de los pueblos originarios, el control de sus tierras y bienes naturales, y su cosmovisión y respeto a la “pachamama”, la “madre tierra”, y la defensa del “buen vivir”. Valorizar estas aportaciones que plantean un nuevo tipo de relación entre humanidad y naturaleza es clave para enfrentar el cambio climático y la mercantilización de la vida y del planeta.

Desde una perspectiva Norte-Sur, justicia climática implica la anulación incondicional de la deuda externa de los países del Sur, una deuda ilegal e ilegítima, y reivindicar el reconocimiento de una deuda social, histórica y ecológica del Norte respecto al Sur resultado de siglos de expolio y explotación. En casos de catástrofe, es necesario promover mecanismos de “auxilio popular”. Hemos visto como el cambio climático aumenta la vulnerabilidad de los sectores populares especialmente en los países del Sur. Los terremotos en Haití y en Chile son dos de los casos más recientes. Frente a estas amenazas son necesarias redes de solidaridad internacional de movimientos sociales de base que permitan una canalización de la ayuda inmediata y efectiva a las poblaciones locales. La iniciativa no puede quedar en manos de un “humanitarismo” internacional vacío de contenido político.

La lucha contra el cambio climático pasa por combatir el actual modelo de producción industrial, deslocalizado, “just on time”, masivo, dependiente de los recursos fósiles, etc. Las burocracias sindicales hacen seguidismo y legitiman las políticas del “capitalismo verde” con la farsa de que las “tecnologías verdes” crean empleo y generan mayor prosperidad. Es necesario desmontar este mito. La izquierda sindical debe poner en cuestión el actual modelo de crecimiento sin límites, apostando por otro modelo de “desarrollo” acorde con los recursos finitos del planeta. Las reivindicaciones ecologistas y contra el cambio climático tienen que ser un eje central del sindicalismo combativo. Los sindicalistas no pueden ver a los ecologistas como a sus enemigos y viceversa. Todas y todos sufrimos las consecuencias del cambio climático y es necesario que actuemos colectivamente.

Es falso pensar que podemos combatir el cambio climático sólo a partir del cambio de actitudes individuales, y más cuando la mitad de la población mundial vive en el “subconsumo crónico”, y también es falso pensar que podemos luchar contra el cambio climático sólo con respuestas tecnológicas y científicas. Son necesarios cambios estructurales en los modelos de producción de bienes, de energía, etc. En esta dirección, las iniciativas que desde lo local plantean alternativas prácticas al modelo dominante de consumo, producción, energético... tienen un carácter demostrativo y de concienciación que es fundamental apoyar.

Por su naturaleza, hablar de cómo enfrentar el cambio climático implica discutir de estrategia, de auto-organización, de planificación y de las tareas que, aquellas y aquellos que nos consideramos anticapitalistas, tenemos por delante.

- Esther Vivas es autora “Del campo al plato” (Icaria editorial, 2009).

22 de marzo de 2010

DÍA INTERNACIONAL DEL AGUA

DECLARACIÓN: EL AGUA COMO DERECHO HUMANO

22 de marzo - Día Mundial del Agua 
Declarado en 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas

El agua es un recurso estratégico y esencial para la vida. Por estos motivos, el acceso al agua potable constituye un derecho humano fundamental, cuya violación repercute negativamente sobre otros derechos esenciales para la dignidad humana, como el acceso a la salud o a la alimentación.

Un estudio del PNUD, nos permitió saber que todavía hoy, más de 1000 millones de personas en el mundo no tienen acceso al agua potable y unos 2600 millones de personas no gozan de servicios sanitarios mínimos. Por supuesto esta privación afecta más seriamente a los sectores más pobres y vulnerables.

Tras varias décadas de políticas entreguistas de nuestros recursos naturales a empresas trasnacionales, es momento de fortalecer la lucha por evitar que las grandes corporaciones transformen el derecho al agua y a la vida en una nueva mercancía, al servicio exclusivo de quienes puedan pagarla, en detrimento de los millones de personas a las que se les niega el acceso a un bien tan básico.

Por estos motivos, en el Día Mundial del Agua, reivindicamos este recurso como bien común de acceso colectivo y libre acceso, y decimos NO a este modelo cuyo único criterio de “desarrollo” es el afán de lucro y las ganancias desmedidas, sin ponderar el cuantioso daño ambiental y humano que se genera para la posteridad.       

FOCO - Foro Ciudadano de Participación
por la Justicia y los Derechos Humanos -
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