28 de junio de 2010

Cambio climático: persisten las diferencias latinoamericanas

ALAI, América Latina en Movimiento
Gerardo Honty

La primera reunión oficial de la Convención de Cambio Climático después del fracaso de Copenhague tuvo lugar en Bonn durante la primera quincena de junio. Si bien el clima de las negociaciones mejoró respecto al descalabrado final del encuentro anterior, sus resultados no fueron mejores y las expectativas de acuerdo para la cumbre de Cancún son desalentadoras. Los países continúan reprochándose mutuamente no hacer los esfuerzos necesarios para alcanzar consensos, pero lo cierto es que ninguno de ellos se mueve un ápice de sus posiciones. Cada cual se parapeta en sus razones y responsabiliza a los demás por trabar las negociaciones. En particular, los gobiernos latinoamericanos logran acuerdos en sus exigencias hacia los países desarrollados, pero siguen divididos en varios temas cuando se afectan sus propios bolsillos. 

Mitigación: varias metas


Una de las diferencias fundamentales que volvió a aparecen en Bonn es el monto de reducción de emisiones globales que debe ser establecido para evitar el cambio climático peligroso. Las promesas efectuadas el año pasado en Copenhague por los países desarrollados, no coinciden con los niveles de reducción exigibles de acuerdo al conocimiento científico.

Los países en desarrollo en general suelen exigir a los países  esarrollados altos niveles de reducción, pero no hay la misma unanimidad a la hora de establecer límites globales (es decir, para todos los países en su conjunto). Para algunos, esto resulta en restricciones a los países en desarrollo, una de las banderas innegociables para estas naciones.

Latinoamérica ha presentado posiciones bastante exigentes en este sentido. La Alianza de Pequeños Estados Insulares (entre los que hay varios países caribeños) y los países del Sistema de Integración Centro Americana[i], han sostenido en Bonn que el límite máximo tolerable de aumento de la temperatura media del planeta debe ubicarse en 1,5 ºC. Esto requiere que la concentración máxima en la atmósfera sea de 350 ppm CO2e (partes por millón de dióxido de carbono equivalente) y que para el año 2050 las emisiones de gases de efecto invernadero mundiales sean reducidas en un 85% hacia el año 2050.

Los países desarrollados (Estados Unidos, Unión Europea, Australia y Japón, entre otros) sostuvieron, en cambio, la opción expresada en el Acuerdo de Copenhague, con un límite de aumento de temperatura media en 2º C. Esto implica una reducción de apenas 50% de las emisiones globales hacia el 2050, bastante menos que lo que proponen los países latinoamericanos y otros en desarrollo.

Sin embargo hay todavía una posición más exigente que es la de Bolivia. Ese gobierno sostiene que el límite máximo de aumento de la temperatura debe establecerse en  1º C, lo que solo se lograría con una concentración de gases en la atmósfera de no más de 300 ppm.
Bolivia además reclama que los países industrializados deben reducir en un 50% sus emisiones para el año 2017, y sin recurrir a los mecanismos de mercado de carbono.

Adaptación

A pesar que la adaptación es uno de los temas cruciales para los países en desarrollo, persisten profundas divergencias. Una primera tiene que ver con la existencia o no de una diferenciación entre los beneficiarios de los fondos de adaptación, y cómo se la determinaría.
Los países del Grupo Africano, los Países Menos Desarrollados y los Pequeños Estados Insulares reivindicaron en Bonn ser los más vulnerables ante el cambio climático. Pero esta idea no es compartida por los demás países en desarrollo, incluidos los latinoamericanos, que temen perder la cuota parte que entienden les corresponde de esos fondos de adaptación. Vale la pena resaltar que algunos países desarrollados, como EEUU, opinaron en Bonn que todos los países enfrentan desafíos de adaptación, con lo que también se anotan en la lista de posibles beneficiarios.

Pero hay otro tema que divide las aguas entre los países del sur en este capítulo: las compensaciones por los “efectos adversos de las medidas de respuesta”. Muchos gobiernos sostienen que las medidas que se adopten para detener el cambio climático tendrán efectos en sus economías. Los países petroleros (Arabia Saudita, Argelia, y Ecuador en nuestra región, entre otros), son los principales defensores de esta tesis. Otros latinoamericanos se han sumado a esta posición, argumentando que sus exportaciones en otros rubros (como Argentina y su producción agrícola) se verán limitadas por las posibles trabas a bienes con altos contenidos de carbono.

Mercado de carbono

Otro punto de discrepancia entre los latinoamericanos es el mercado de carbono. Son viejas diferencias, pero en Bonn hubo una novedad. Hasta la cumbre de Copenhague, la principal divergencia en las negociaciones  ra el volumen o porcentaje de la reducción de emisiones que los países desarrollados podrían cumplir a través de la compra de certificados de carbono. En el encuentro que acaba de terminar, los países ricos han planteando que no solo utilizarán el Mecanismo de Desarrollo Limpio para cumplir con sus compromisos de reducción, sino también para sus compromisos de financiación. La idea es que parte de los 30 mil millones de dólares que los países desarrollados acordaron transferir a los países en desarrollo hasta 2012, y los 100 mil millones anuales comprometidos al 2020, no serán una transferencia, sino que se destinarán a comprar certificados de reducción de emisiones. Esto es, comprar su propio “derecho” a emitir gases invernadero.

Todo el capítulo de mercado de carbono genera discrepancias entre los países en desarrollo. En particular en América Latina muchos países aprueban la continuación y extensión del Mecanismo de Desarrollo Limpio; entre ellos Colombia, Chile, Costa Rica, República Dominicana, México, Panamá y Uruguay. Pero otros se oponen, como ocurre con Brasil, y Bolivia (y el ALBA en general).

Hasta la próxima…

Estas divergencias no son nuevas. Se arrastran desde hace muchos años. La mala noticia es que nadie parece estar dispuesto a arriesgar un poco más para alcanzar un acuerdo. Al decir de la canciller mexicana Patricia Espinosa, futura anfitriona de la próxima del encuentro de cambio climático en Cancún: "Hay que actuar con mucho realismo, no generar unas expectativas que no se puedan cumplir, que es un poco lo que sucedió en Copenhague. Lo que está claro es que seguramente éste no va a ser el final de la negociación. Probablemente, en lo que tiene que ver con la naturaleza, el tipo de texto y la redacción necesitaremos tiempo para desarrollarlo posteriormente". Sin dudas su percepción es correcta. El problema es que el tiempo para las decisiones se agota y si no es ahora ¿cuándo será?
 
*G. Honty es investigador de CLAES (Centro Latino Americano de Ecología Social)
www.energiasur.com

Mercaderes del cambio climático

La desinformación es hoy el arma preferida para generar dudas sobre temas ambientales espinosos. Usinas financiadas por intereses corporativos y políticos tapan los hechos para manipular a la opinión pública. Quiénes son y cómo trabajan los científicos que niegan las evidencias y dividen a la comunidad científica global con sus falsas verdades.

Por Alejandra Folgarait
Noticias de Enfoques// La Nación
Domingo 27 de junio de 2010

Una nueva clase de escépticos pugna por hacerse escuchar en todo el mundo. Ataviados con argumentaciones vistosas, científicos de renombre se dedican a negar evidencias molestas -como la que vincula al cambio climático con las actividades industriales-y hacen valer sus opiniones como si fueran certezas. En buen criollo: fomentan falsas controversias científicas con el objetivo de llevar agua para su molino o para el molino de los intereses que representan.

El accionar de los nuevos escépticos se ha tornado evidente a partir de las discusiones sobre el cambio climático. Ante la catarata de estudios que prueban la responsabilidad humana en el aumento de la temperatura global y en el incremento de fenómenos climáticos extremos, como huracanes y sequías, los científicos escépticos generan sospechas de todo tipo. Pueden poner en duda un dato aislado -como el derretimiento de un glaciar en el año 2035- o invalidar toda la teoría sobre las causas humanas del cambio climático. En última instancia, el objetivo de estos mercaderes del conocimiento es crear titubeos entre quienes deben frenar el cambio climático, ya sean gobiernos o ciudadanos de a pie.

Pero la novedad hoy no es sólo el hecho nefasto de que haya científicos dispuestos a distorsionar la verdad e intereses económicos que les pagan por ello, sino que empiezan a ser desenmascarados.

Un libro que acaba de publicarse en EE.UU., Merchants of doubt (Mercaderes de la duda), escrito por los historiadores de la ciencia Naomi Oreskes, de la Universidad de California en San Diego, y Erik Conway, del Instituto Tecnológico de California, puso por primera vez en blanco sobre negro cómo funciona la usina de desinformación científica financiada por lobbys cercanos a las corporaciones de hidrocarburos.

En sintonía con esa voluntad de frenar el persistente trabajo de desinformación que pone en peligro al planeta, el 7 de mayo pasado alrededor de 300 investigadores de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos enviaron una carta abierta a la prestigiosa revista Science para quejarse de las "amenazas macartistas" de los que niegan el cambio climático.

Y como para que quede claro que no se habla de deslices menores, un informe publicado por Greenpeace en marzo pasado reveló que el segundo grupo industrial más poderoso de los Estados Unidos -las poco conocidas "Industrias Koch"- entregó, entre 2005 y 2008, casi 25 millones de dólares a 40 fundaciones negadoras del cambio climático.

Detrás de los lobbies

El diplomático argentino Raúl Estrada Oyuela -quien lideró durante años las negociaciones internacionales sobre cambio climático- habla sin eufemismos de estas conexiones non sanctas. Según el embajador, en la década del 90 funcionó en los Estados Unidos la Global Climate Coalition, una organización financiada por las más importantes empresas petroleras y energéticas para oponerse a la reducción de las emisiones de gases de invernadero. Desde esa coalición, dice el presidente de la Academia Argentina de Ciencias del Ambiente, se financiaban estudios para anular las evidencias científicas sobre el cambio climático, entre otras cosas. "Se sabe incluso que se premiaba con 10.000 dólares cada artículo de prensa contra el cambio climático", revela.

El libro de Oreskes y Conway demuestra que algunos de los científicos que hoy reniegan del calentamiento global participaron antes en polémicas referidas a los efectos del tabaco, la lluvia ácida y el agujero de ozono. Y van más allá: dan nombres.

"Descubrimos que hay varios científicos englobados en think tanks partidarios del fundamentalismo del libre mercado, que se oponen a la regulación gubernamental porque temen que sea una puerta para el socialismo", confirma Oreskes a Enfoques. Oreskes y Conway bautizaron a estos científicos como los "mercaderes de la duda", ya que son especialistas en generar polémicas allí donde no las hay; expertos en utilizar la ciencia contra la ciencia.

El anuncio de que la administración Obama controlará a partir de 2011 la emisión de gases de invernadero que producen las industrias basadas en el carbón disparó últimamente las ansiedades de los escépticos del cambio climático.

Congregados en fundaciones conservadoras -como los institutos Marshall, Cato, Heartland y la Heritage Foundaation-, los negadores del cambio climático destinan cada vez más dinero y esfuerzos para imponer su escepticismo. Seminarios para periodistas y funcionarios, artículos en los medios, informes con datos, gráficos y curvas, financiación de estudios realizados en laboratorios: todo vale para evitar que se establezcan normas que regulen el mercado de la energía.

Los ataques de los escépticos contra los científicos del otro bando -el mayoritario, vale aclarar: aunque hay científicos entrenados para vender oro por baratijas, la mayoría lucha para lo contrario- llegaron a un punto tal que despertaron la indignación de numerosas asociaciones científicas en los últimos tiempos; la más reciente, la mencionada carta de los científicos a la revista Science .

Según los autores de Merchants of doubt, físicos de renombre como Fred Singer, Fred Seitz, William Nierenberg y Robert Jastrow, todos del Marshall Institute, aparecen envueltos en campañas para negar las evidencias científicas ligadas no sólo al calentamiento planetario sino también a la lluvia ácida, al agujero de ozono y al efecto dañino de los cigarrillos.

El Instituto Marshall salió este mes a respaldar a sus científicos, acusando a Oreskes y Conway de querer generar pánico en el público. Pero difícilmente el think tank conservador pueda neutralizar las abultadas pruebas presentadas en contra de Steitz, Nierenberg y Jastrow. Como diría Sigmund Freud, los negadores del cambio climático no hacen más que subrayar aquello que quieren mantener reprimido: que el cambio climático existe y que está causado, principalmente, por el consumo excesivo de carbón y petróleo.

La creación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) en 1988 -un comité internacional que reúne a 2500 científicos del clima para elaborar periódicos informes sobre el aumento de la temperatura global y sus consecuencias- fue un hito en la historia de la defensa del ambiente. Pero marcó también el surgimiento de fuertes lobbies para refutar todo estudio científico que confirmara la vinculación entre el uso de combustibles fósiles y el aumento de la temperatura global.

Estos grupos de presión pronto comenzaron a financiar investigaciones científicas para contar con evidencias a su favor. Y no dejaron nunca de influir en forma directa o solapada sobre los representantes de los gobiernos para que no regularan la operación de las industrias contaminantes de la atmósfera.

Aunque la coalición formal se desactivó en el año 2002, los esfuerzos de los negadores de la evidencia del cambio climático no cejaron. Por ejemplo, el geólogo Timothy Patterson, profesor de Paleoclimatología en la Universidad Carleton, Canadá, lidera hoy a un centenar de científicos que niega la influencia humana en el cambio climático. En todos los foros a su alcance, ellos alegan que los cambios del clima son naturales, que el calentamiento global es producto de una anormal actividad del sol y que los expertos del IPCC no son capaces de pronosticar lo que ocurrirá en las próximas décadas.

Las campañas para generar incertidumbre en el público parecen estar dando resultados. Una encuesta de la BBC mostró en febrero pasado que sólo el 26% de los británicos cree hoy que el cambio climático está generado principalmente por el ser humano, lo que representa una disminución respecto del 41% que apoyaba esta idea en noviembre de 2009. Algo similar ocurre en los Estados Unidos, donde una encuesta realizada por Gallup en marzo pasado reveló que el 48% de los norteamericanos piensa que "la gravedad del cambio climático ha sido exagerada".

Para desactivar las bombas de estruendo que arman los negadores, bastaría mostrar las señales del cambio climático aquí, allá y en todas partes. Sin embargo, los interesados en continuar con los actuales niveles de consumo y con la industria basada en el petróleo siguen practicando el juego de la suspicacia. Y muchas veces ganan las primeras planas mundiales con sus declaraciones altisonantes.

Eso fue lo que ocurrió en diciembre pasado, durante la Conferencia mundial sobre Cambio Climático realizada en Copenhague. En una pirueta digna de un circo, los que criticaban al sistema industrial por producir un exceso de gases de invernadero terminaron siendo investigados por presunta corrupción.

Un par de semanas antes de que comenzaran las discusiones en Copenhague, salieron a la luz correos electrónicos de un climatólogo de la Universidad de East Anglia, Gran Bretaña, en los que se sugerían cambios en la presentación "oficial" de los datos sobre cambio climático. Con esos correos hackeados, se armó una campaña para sembrar dudas sobre la integridad de los expertos del IPCC y, por lo tanto, de sus conclusiones.

El llamado "Climagate" generó entonces un furor mediático. A la distancia, puede decirse que fue mucho ruido y pocas nueces, ya que las acusaciones no tenían asidero. Pero el fomento de las dudas sobre el cambio climático llegó a tal punto que instituciones prestigiosas, como la Organización Meteorológica de los Estados Unidos y la Asociación Norteamericana para el Avance de las Ciencias (AAAS), tuvieron que salir a respaldar a los especialistas en cambio climático del IPCC.

Por su parte, el asesor de Tony Blair en temas científicos, Sir David King, sugirió que el hackeo de los mails de los climatólogos británicos había sido "una operación de una agencia de inteligencia extranjera que trabajó para un gobierno o para los lobbistas anticlima de los Estados Unidos", según publicó el diario The Independent .

La magnitud de las operaciones para hundir a los partidarios del cambio climático es tan grande que muchos científicos prefieren no hablar sobre la cuestión. "Los escépticos entraron en una fase ofensiva que no excluye las prácticas desleales dirigidas más a las personas que a las ideas", afirma un climatólogo local, que pide no revelar su nombre.

Conexiones non sanctas

Como sea, ahora se sabe que las operaciones de desinformación financiadas por los lobbies tienen un alcance insospechado. La investigación de Greenpeace sobre grupo Koch y esos 25 millones de dólares destinados -sólo en tres años- a desmentir las evidencias científicas parecen ser sólo la punta del iceberg.

El grupo Koch se inició en los negocios petroleros en la década del 20, pero hoy se ha diversificado en múltiples áreas, hasta convertirse en una multinacional con una facturación que rondó los 100.000 millones de dólares en 2008. Con un bajísimo perfil que los había mantenido al margen de los escándalos hasta ahora, los multimillonarios hermanos Charles y David Koch han dedicado parte de su fortuna -la novena de los Estados Unidos, según la revista Forbes - a financiar a organizaciones que se oponen a la regulación estatal de las industrias. Según Greenpeace, el grupo Koch ya dejó atrás a otros legendarios lobbistas anticlima, como el Instituto Norteamericano del Petróleo, Exxon-Mobil y Chevron.

El economista Jeffrey D. Sachs es categórico: "Se han exagerado los desacuerdos científicos para detener las acciones dirigidas a controlar el cambio climático, y sectores con intereses, como Exxon-Mobil, los financian". Sachs no se priva de acusar al diario The Washington Post por funcionar como órgano de difusión de las pretendidas controversias.

Más allá de las teorías conspirativas a que son tan afectos los ambientalistas, el desenmascaramiento de científicos especialmente contratados para negar las evidencias del cambio climático -entre otros temas espinosos- está causando una revolución en la granja. Y empieza a ser reflejado en numerosas publicaciones, desde la muy científica Nature hasta el diario The New York Times .

Según Naomi Oreskes, no hay ninguna justificación para continuar dudando sobre la influencia humana en el cambio climático global. Tampoco hay razones para poner en tela de juicio los efectos dañinos del tabaco en quienes fuman y en quienes absorben el humo de segunda mano. Ni hay por qué desconfiar de la conexión entre ciertos gases y el agujero de ozono. Todo eso ya ha sido probado. Y, sin embargo, los recelos continúan.

¿Por qué algunos prestigiosos científicos se convierten en mercaderes del conocimiento? Algunos deslizan que es por dinero y, para probarlo, muestran las abultadas facturas que cobran algunos consultores científicos para dar conferencias o realizar investigaciones. Otros apuntan al deseo de estar en el candelero mediático o a la ideología más conservadora de los escépticos. Lo cierto es que, gracias a las campañas de los científicos negadores, hay quienes aún dudan de la gravedad del cambio climático y -para peor- obligan al resto a permanecer sentados mientras el planeta se recalienta.


70%

Es el porcentaje de aumento del total mundial de emisiones de gases de efecto invernadero antropógenas entre 1970 y 2004, de acuerdo con el cuarto Informe de Síntesis del IPCC.

CH 4 y CO 2
 
La concentración de metano y dióxido de carbono en la atmósfera sobrepasa actualmente por mucho los valores naturales existentes en los últimos 650.000 años. (Fuente IPCC)

Por siglos

continuará el calentamiento antropógeno y el aumento del nivel del mar aunque las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan lo suficiente como para estabilizar su concentración en la atmósfera. (Fuente: IPCC)

Juan Carlos Villalonga
Director de Campañas
Greenpeace Argentina
www.greenpeace.org
Email: jvillalo@greenpeace.org
Móvil: +54 11 66588 4322

Greenpeace es una organización ecologista internacional, económica y políticamente independiente, que no acepta donaciones ni presiones de gobiernos, partidos políticos o empresas, que se financia con la contribución de 3 millones de individuos en todo el mundo.

17 de junio de 2010

Calderón: ¡NO MÁS PETRÓLEO!

Boletín GREENPEACE MEXICO
17 de junio



DF, México — Invertir en energías limpias, garantiza un futuro sin desastres ecológicos. Simulando un derrame de hidrocarburo en la Fuente de Petróleos y con el mensaje: Calderón, invierte en nuestro futuro ¡No más petróleo! Greenpeace exigió al jefe del ejecutivo que revierta la actual política energética que pone énfasis en aumentar la producción de petróleo y carbón para 2024 lo cual acelera el cambio climático y nos pone en riesgo de sufrir nuevos desastres ecológicos como el del actual derrame en el Golfo de México.

El mensaje de la organización ambientalista, escrito en español e inglés, se envía en el marco de la reunión del Grupo de los 20 (G-20), que tendrá lugar en Canadá a finales de este mes, como un recordatorio de que en el 2009 los países miembros prometieron reducir los subsidios a los combustibles fósiles, principalmente en lo que atañe a la extracción y producción.

México, como integrante del G-20 debe ser congruente con lo anterior y revisar su actual política energética y eléctrica que, tal como está, socava los esfuerzos del ejecutivo federal por posicionar a México como líder en el combate al cambio climático.


Declaración de la delegación de Bolivia en Bonn

ALAI, América Latina en Movimiento
2010-06-14

Negociaciones del Clima:
Declaración de la delegación de Bolivia sobre el fiasco del nuevo texto en las negociaciones sobre cambio climático que se llevaron en Bonn, Alemania.

Señora Presidenta:

El Estado Plurinacional de Bolivia se asocia a la declaración del G77 más China.

Después de dos semanas de arduo trabajo estamos profundamente decepcionados por la segunda versión del texto que bajo su propia responsabilidad ha producido. Nosotros esperábamos ver un texto q incluyera las opciones que habían sido dejadas de lado en la primera versión de su texto para iniciar ya una negociación párrafo por párrafo. Por eso presentamos nuevamente de manera resumida la submisión del pasado 26 de abril que recoge las principales propuestas de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra.

Sin embargo, ahora vemos que el nuevo texto no solamente no incluye las propuestas de Bolivia y los movimientos sociales de 140 países que se reunieron en Cochabamba, sino que elimina algunas propuestas de mi país y del G77 que aun se encontraban en el texto de negociación.

Ya no hay ninguna referencia al 1 C, ni al acceso equitativo al espacio atmosférico. Tampoco está el absoluto respeto a los derechos humanos, a los derechos de los pueblos indígenas, a los derechos de los migrantes climáticos y a los derechos de la Madre Tierra. No está nuestra propuesta de 50 % de reducción para el segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto para el 2017 sobre la base de 1990 de manera domestica y sin recurrir a mecanismos de mercado ni de offseting.

Sigue sin haber ninguna referencia a los 300 ppm, y no se incluyó el tema de reforzar los mecanismos de cumplimiento y considerar la propuesta de un Tribunal de Justicia Climática.

Mientras se eliminaron o debilitaron las posiciones de los países en desarrollo se incluyeron y fortalecieron las posiciones de quienes quieren matar el Protocolo de Kioto. El texto no respeta el mandato de Bali y no está en el marco de los principios de la Convención.

En síntesis la segunda revisión de su texto elaborado bajo su propia responsabilidad es ahora un Copenhaguen Accord Plus.

Señora Presidenta, con todo respeto ¿Qué le hace pensar que quienes no adoptamos el Copenhaguen Accord en diciembre ahora vamos a negociar sobre la base de un Copenhaguen Accord plus?

Señora Presidenta su rol es parecido al de un arbitro en un partido de fútbol. Tiene que velar porque las reglas se apliquen por igual a ambos equipos y no puede favorecer a uno. Nosotros sentimos que antes de empezar las negociaciones usted ha eliminado a 5 de nuestros mejores jugadores y está permitiendo que el otro equipo juegue con 15 jugadores.

Señora Presidenta con todo respeto a usted le corresponde facilitar la negociación y no definir la negociación. Nosotros esperábamos un texto con opciones para que las partes negociemos, no un texto que se queda sólo con las opciones de una sola de las partes.

Señora Presidenta su segundo intento de producir un texto que facilite las negociaciones se ha convertido en un texto que complica las negociaciones. No desperdicie la tercera oportunidad que tiene de presentar un texto que realmente refleje las posiciones de todas las partes. Escuche a todos, especialmente escuche a los que más sufren los impactos del cambio climático siendo los menos responsables de esta grave amenaza. Escuche a los pueblos. Escuche a la Madre Tierra.

Señora Presidenta. El Estado Plurinacional de Bolivia quiere negociar. Permítanos jugar este partido con nuestro equipo completo de 11 jugadores.

16 de junio de 2010

Bolivia pide a Ban Ki-moon mayor implicación en la negociación sobre el cambio climático

Naciones Unidas, 16 jun (EFE).- El embajador de Bolivia ante la ONU, Pablo Solón, pidió hoy al secretario general del organismo, Ban Ki-moon, una mayor implicación en las negociaciones globales sobre cambio climático para que se respeten las posiciones de los países en desarrollo.

"Creemos que es necesario que el secretario general, y la ONU en su conjunto, traten de que se reflejen en la negociación todas las posiciones. Esto es una negociación multilateral", afirmó en una conferencia de prensa el diplomático, quien participó en la última ronda de conversaciones celebrada en Bonn.

Solón fue muy crítico con el documento emitido al final del encuentro del 31 de mayo al 11 de junio en la ciudad alemana, por considerar que se ajusta a las posiciones de los países desarrollados e ignora las de los más pobres.

"Muchos países en desarrollo han advertido que no creen que este texto sea un paso adelante y que estamos en una situación muy complicada", resaltó.

Para Solón, el resultado de esta última ronda de negociaciones es todavía más sorprendente dados "los comentarios muy positivos" de Ban durante su encuentro el pasado mayo en la sede de la ONU con el presidente de Bolivia,Evo Morales.

En esa reunión, el mandatario entregó al secretario general las conclusiones de una reunión sobre el cambio climático que organizó en su país el pasado abril en Cochabamba, y a la que asistieron organizaciones sociales de todo el mundo.

El Gobierno boliviano, así como otros países en desarrollo, consideran que el acuerdo político logrado en la cumbre del pasado diciembre en Copenhague no cuenta con el respaldo global que le atribuyen sus promotores porque no fue oficialmente adoptado.

"El secretario general no participa directamente en las negociaciones, pero queremos que promueva nuestras posiciones de la misma manera que lo hace con el acuerdo de Copenhague", resaltó Solón.

En ese sentido, expresó la esperanza de que la nueva secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), la costarricense Christiana Figueres, aborde con una perspectiva más amplia este proceso.

Por su parte, el portavoz de la ONU, Farhan Haq, negó que Ban vea con mejores ojos las posiciones de los países desarrollados.

"El secretario general es muy consciente de las perspectivas de los países en desarrollo, así como la de todos los que participan en este proceso, incluido el líder de Bolivia", agregó.

La ONU busca sellar en la cumbre del próximo diciembre en Cancún (México) un acuerdo global vinculante de reducción de emisiones contaminantes, que sustituya al Protocolo de Kioto después de 2012.

Sin embargo, las negociaciones sobre esa conferencia no avanzan al ritmo esperado y los responsables del organismo mundial consideran cada vez menos probable que se pueda alcanzar en la ciudad mexicana un acuerdo integral.

Lula pide a los países amazónicos una posición común

CUMBRE DEL CLIMA
 
BRASILIA, 17 Jun. (Reuters/EP) -

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, defendió este miércoles la construcción de un discurso común por parte de los países amazónicos de cara a la próxima cumbre mundial sobre cambio climático, que tendrá lugar este invierno en México.

 
Durante una reunión con el presidente de Perú, Alan García, Lula dijo que la iniciativa es necesaria para evitar que los países ricos impongan barreras al crecimiento de los países en desarrollo.
 
La cumbre, conocida como "COP16", tendrá lugar entre el 29 de noviembre y el 10 de diciembre en Cancún, México, y será la próxima tras el "COP15", que tuvo lugar en Copenhague a fines del año pasado.
 
"Los países amazónicos tienen que construir un discurso único para llegar a Cancún en diciembre y cerrar una propuesta", dijo Lula en rueda de prensa en Manaos, una ciudad brasileña que se encuentra en plena selva amazónica. "Creo que necesitamos presentar una posición común sudamericana y llegar a la COP16 muy fuertes para aprobar una política medioambiental mejor", añadió.
 
El presidente brasileño afirmó que los países amazónicos han de tener cuidado con las propuestas de algunos países ricos, que según Lula pretenden impedir la construcción de presas hidroeléctricas en la región como forma de incentivar sus ventas de tecnología nuclear.
 
Lula recordó que las fuentes de energía alternativas a esas dos opciones, las plantas térmicas que usan como combustible carbón o petróleo, son aún más contaminantes.
 
"La cuestión del clima debe ser tomada en serio, y debemos hacer lo correcto. No podemos quedar a merced de países que ya deforestaron todo lo que tenían que deforestar y ganaron todo lo que tenían que ganar; que ya son ricos y no quieren que nosotros lo seamos", afirmó Lula.

11 de junio de 2010

FINALIZA BONN II con un " Copenhaguen Accord Plus"

NOTA DE PRENSA

La más reciente sesión del Grupo de Trabajo Ad Hoc de Cooperación a Largo Plazo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés), concluyó el día de hoy, viernes 11 de junio, sin la adopción de un nuevo texto que facilitara la negociación. Dicho texto, debía ser uno de los principales resultados de la más reciente reunión de los órganos subsidiarios de la CMNUCC, celebrada en Bonn, Alemania, entre el 31 de mayo y 11 de junio de 2010, dado que sería la base para las negociaciones bajo este importante grupo de trabajo en el proceso hacia la COP 16.


Durante la sesión de cierre de los trabajos desarrollados en las últimas dos semanas por el Grupo de Trabajo Ad Hoc de Cooperación a Largo Plazo, los staff negociadores abordaron el documento que fue presentado hace un mes por la presidenta de este grupo y que en su nueva versión debía incorporar los aportes de todas las partes a fin de facilitar las negociaciones hacia la COP 16; sin embargo, la mayoría de los representantes de gobiernos de países en desarrollo, expresaron su consternación y desacuerdo en relación al contenido del nuevo documento.

En sus intervenciones, la mayoría de las representaciones de los países en desarrollo, miembros del G77+China, coincidieron en que sus planteamientos no fueron considerados o fueron eliminados en la nueva versión del texto y que el mismo incorpora de manera desproporcionada a las propuestas presentadas por los países industrializados.

El documento fue calificado por el representante de Bolivia como un “Copenhaguen Accord Plus”. Del texto se eliminaron temas cruciales para los sectores más vulnerables en los países pobres, entre los que se mencionó la protección a los derechos de los pueblos indígenas y comunidades locales, la referencia a mantener las variaciones en la temperatura global por debajo de 1.5 grados Celsius y una serie de propuestas basadas en los principios de justicia climática que contenía la versión previa del documento. El representante de Nicaragua, al igual que muchas otras de las delegaciones de países en desarrollo, indicó que el texto presentado por la presidenta del grupo de trabajo es inaceptable puesto que carga responsabilidades a los países pobres de manera excesiva.

Desafortunadamente, el rechazo al texto presentado por la presidenta de este grupo de trabajo no fue unánime entre los países pobres que integran el G77+China. Durante la intervención de la representante de Colombia, en representación de un pequeño grupo de países latinoamericanos –Chile, Panamá, República Dominicana, Costa Rica y Guatemala- expresó que ellos únicamente encontraron problemas en cuatro secciones del documento, y enfatizó, en la parte operativa de las secciones de mitigación y financiamiento. Asumiendo una postura claramente favorable a los intereses de los países industrializados, la representante de Colombia agregó que para este grupo de países “el texto refleja un avance”.

La presidenta del Grupo de Trabajo Ad Hoc de Cooperación a Largo Plazo, deberá presentar una nueva propuesta de texto para facilitar la negociación antes del inicio de la próxima reunión de los órganos subsidiarios de la UNFCCC, a celebrarse en Bonn, Alemania, en agosto del presente año.

Managua, 11 de junio del 2010

8 de junio de 2010

ONU analizaría texto de Tiquipaya

El documento sería negociado para la agenda de la Cumbre de Cancún
 
Patricia Cusicanqui – Bonn 
La Razón, Bolivia

Ivo de Boer, secretario ejecutivo de UNFCCC, afirmo que el documento de Tiquipaya “está encontrando el camino” para entrar en la negociación que sería parte de un texto que se adoptaría en la Cumbre de Cancún (México).

La máxima autoridad de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático hizo la declaración en una conferencia de prensa desarrollada ayer en la apertura del XII periodo de negociaciones sobre el Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas, actividad que se lleva a cabo en la ciudad alemana de Bonn.

“Las conclusiones de la reunión (de Tiquipaya) se están tomando en cuenta. Hay varios tópicos que ya se están considerando dentro del proceso de negociación y sería parte de un texto que finalmente se adoptaría en Cancún (México)”, sostuvo.

El encuentro en Bonn consiste en una reunión intersesional en la que participan delegados de países del mundo para negociar los textos de discusión de Copenhague revisados por los respectivos gobiernos. El objetivo es llegar a la cita de Cancún, en diciembre de este año, para alcanzar un acuerdo que garantice mitigar el cambio climático.

La intención de Bolivia es que la discusión incluya la propuesta emanada en la cumbre de los pueblos desarrollada en Tiquipaya (Cochabamba) del 19 al 22 de abril. Entre las conclusiones más importantes de este encuentro está la demanda de que los países industrializados reduzcan en 50% las emisiones de carbono hasta el 2025, la creación de un Tribunal de Justicia Ambiental y el pago de la deuda climática a los países en desarrollo.

Con ese fin, a Bonn llegó una delegación del Gobierno boliviano, encabezada por el embajador de Bolivia en Naciones Unidas, Pablo Solón; el coordinador de la Conferencia de los Pueblos Sobre Cambio Climático, René Orellana, y un equipo técnico de la Cancillería. La delegación asiste a reuniones multilaterales que se desarrollan a puertas cerradas, mientras periodistas participan de talleres de capacitación.

De Boer descartó la posibilidad de postergar la Cumbre de Cancún, idea propuesta por el Gobierno boliviano con la finalidad de conocer, antes de alcanzar algún acuerdo multilateral, la posición oficial de EEUU sobre la reducción de las emisiones de carbono, política a ser expresada en una ley que debe aprobar el Congreso estadounidense.

“No podemos esperar a que Estados Unidos termine su legislación, eso puede suceder el 2099, o sea que deberíamos reunirnos el año 3.000”, afirmó De Boer, en cuyo criterio aguardar a que ese país apruebe su ley traería como consecuencia que “Estados Unidos determine la agenda de las acciones globales que se deben tomar”.

Indígenas reclaman participar en negociaciones sobre cambio climático

Centro de Culturas Indígenas del Perú reclamó mayor atención para los pueblos andinos del Perú, Ecuador y Bolivia por los efectos del cambio climático.

Por Ricardo Gómez Palma

Hoy se presentó en Bonn, Alemania; la Red Mundial de Pueblos Indígenas para el Cambio Climático, en el marco de la segunda jornada de negociaciones que se desarrollan en esta ciudad alemana sede de las Naciones Unidas, en las que se busca alcanzar acuerdos concretos para frenar el calentamiento global.

En la mesa directiva de este organismo, que busca articular la voz de los pueblos indígenas de todo el mundo, se encuentra junto a las representantes de los pueblos originarios de Filipinas y Kenya, Tarcila Rivera Zea, directora ejecutiva del Centro de Culturas Indígenas del Perú.

Durante el diálogo que sostuvo con RPP, Tarcila Rivera recalcó la necesidad que tienen los pueblos indígenas de todo el mundo de unir sus voces para ser escuchados en las negociaciones sobre el cambio climático que organiza la ONU, ahora en Bonn y en diciembre próximo en Cancún, México.

Además reclamó mayor atención para los pueblos andinos del Perú, Ecuador y Bolivia, puesto que ellos están siendo ya afectados por el cambio climático y no reciben la atención que de momento acaparan los bosques tropicales y los pueblos que viven en ellos.

Cumbre Cambio Climático: admiten que están lejos de un acuerdo!

Los especialistas reconocen que el proceso de negociación va a llevar "mucho más tiempo" que el previsto. Y que la crisis dificulta conseguir los fondos para el medio ambiente.


Por GUSTAVO SIERRA, ENVIADO ESPECIAL
Bonn, Alemania

Las cumbres donde se discuten los temas que podrían cambiar al mundo, como ésta de Cambio Climático que se está desarrollando en Bonn, Alemania, siempre son opacadas por la contingencia. El recorte histórico de 80.000 millones de dólares anunciado por la canciller Angela Merkel para reducir el déficit, hizo temblar los cimientos de la sociedad alemana y las réplicas se sienten en el hotel Maritime, donde están deliberando 4.000 delegados de 194 países. "Hasta ahora luchábamos por mejorar el medio ambiente, ahora tendremos que pelear por obtener algún fondo para detener el cambio climático", dice el belga Joaquim Debaissie, de una coalición de organizaciones no gubernamentales europeas.

Mientras tanto, todos los negociadores hablan casi exclusivamente de "la arquitectura financiera" para lograr que las potencias occidentales entreguen, al menos, los 100.000 millones de dólares que se comprometieron entregar antes del 2013 a los países más necesitados para que puedan detener la tala de bosques o reconvertir sus industrias. "Ese es el eje de todo", comenta el argentino Enrique Maurtua, de CAN International. "Por un lado tenemos abrumadoras evidencias de que si no reducimos las emisiones de carbono, millones de personas van a ver desaparecer sus tierras; por otro, la crisis hace cada vez más difícil conseguir el dinero para evitar ese caos".

Aquí, muy cerca de donde se realiza la cumbre en la ex capital de la desaparecida Alemania Occidental, los sindicatos alemanes discutían las acciones para oponerse a los recortes de la Dama de Hierro alemana. Preparan una huelga general para el 20 de junio. La propia canciller había tenido que postergar por una semana un crucial encuentro previsto con el presidente Nicolas Sarkozy. Y el ministro de Economía alemán junto a sus colegas de todo el continente se esforzaban por defender a capa y espada al euro que perdió en los últimos seis meses un 20% de su valor.

Con este panorama se buscan los mecanismos para lograr la financiación de los cientos de miles de proyectos para mejorar el medio ambiente que están parados en el mundo como consecuencia de la crisis. El propio presidente de esta cumbre, Ivo de Boer, había admitido que "el mundo se encuentra enfrentando varias luchas de supervivencia al mismo tiempo". Mientras ya todas las miradas están sobre México que será el anfitrión de la próxima cumbre que se realizará en diciembre en Cancún.

Ayer habló el embajador mexicano Luis Alfonso del Alba, un hombre mejor conocido por su trayectoria en el área de los derechos humanos, quien tuvo que admitir que "no hay que poner todas las expectativas en un acuerdo global para este año".

"El proceso de negociación no va a terminar en Cancún ni en Sudáfrica (donde se realizará la siguiente cumbre en el 2011). Va a llevar mucho más tiempo del que esperábamos", se sinceró de Alba.

"Tenemos que ser ambiciosos y realistas al mismo tiempo. Creo que lo que podremos lograr en mi país son varios acuerdos parciales pero no debemos pretender que en el poco tiempo que queda se llegue a un acuerdo total", dijo De Alba ante una pregunta de Clarín.

Todo esto, mientras las evidencias científicas hablan de otro tipo de urgencias. Según la NASA, los cuatro primeros meses de este año fueron los más calurosos en promedio desde que se miden las temperaturas en la Tierra. Y es muy probable que la temperatura media global del 2010 sea la más alta de la Historia. Y el Postdam Institute alemán hizo proyecciones con las promesas hechas en el documento de la cumbre de Copenhague para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados y concluyó que con esas medidas para fines de siglo la temperatura aumentará, en realidad, en 4 grados, exactamente la misma diferencia de temperatura promedio global que hubo entre la Era Glaciar y la actual.

Ver las notas IISD sobre la Cumbre en Bonn:

3 de junio de 2010

Cristina, Pepe y la tercera posición

Página 12, 3 de junio de 2010
Por Martín Granovsky

Primera posición: Cristina Fernández de Kirchner y José “Pepe” Mujica (de aquí en adelante Cristina y Pepe) protagonizaron un diálogo de sordos. El presidente uruguayo pidió el levantamiento del corte en Gualeguaychú y la jefa del Poder Ejecutivo argentino esquivó el reclamo al tirarle la responsabilidad a otro poder, el Judicial.

Segunda posición: Cristina y Pepe dieron por terminada la cuestión del corte del puente y eligieron discutir otros temas, desde el dragado del Río de la Plata al comercio entre los dos países.

¿Cuál es la lectura más correcta, la primera o la segunda?
Quizá ninguna. Aquí se propone otra variante más.

Es la tercera posición y diría así: Cristina y Pepe se pronunciaron juntos y en público contra el corte del puente y, también juntos, acordaron darse tiempo para construir un sistema de monitoreo ecológico del río Uruguay que incluye el intríngulis del corte y al mismo tiempo lo excede largamente. 
El documento completo firmado por los presidentes está en: http://espectador.com/documentos /declaracion_anchorena.pdf

Ese documento y los datos que siguen abonan la tercera posición:

- Cristina criticó el corte y profundizó el giro sobre sus propios pasos, ya iniciado por el Gobierno, al quitarle al corte su carácter de causa nacional. Lo viene haciendo desde el fallo de la Corte Internacional de La Haya.

- Pepe criticó el corte y dio tiempo. Dijo que es un tema que deben resolver juntos el pueblo y el gobierno de la Argentina.

- Cristina dijo que el Gobierno no reprimirá. Afirmar eso y, a la vez, poner el acento en que la Justicia resuelva y condene, también es comprar tiempo. Es decir, apostar a la política.

- Pepe no pidió represión.

- Apostar a la política supone jugar al desgaste de la franja más dura de la asamblea de Gualeguaychú y a su aislamiento del resto, de Entre Ríos y del país.

- Poner fichas en el desgaste se combina con otro razonamiento. El que sostiene que crear un conflicto abierto con los asambleístas volvería a ubicarlos en un alto nivel de visibilidad y consenso social. La popularidad se daría si se convirtieran en una minoría atacada y el resto de los argentinos los apoyara de acuerdo con la idea de que la Argentina es un territorio humillado y herido por mutilaciones seculares. La grandeza perdida es un dato falso. Pero el llanto patriotero cada tanto aflora y existe. La Lógica y la Historia dirían que es una falacia. La política, que también de falacias se nutre la realidad de las percepciones.

- Además de proponer “un plan de vigilancia para la planta de Botnia-UPM”, el documento de los presidentes contempla “un plan de control y prevención de la contaminación del río Uruguay en el tramo compartido” por Uruguay y la Argentina. Colocar a plena marcha la cooperación en el río Uruguay que surgió del fallo de La Haya es un camino de ida y vuelta para cada país. Uruguay tiene derecho a pedir coordinación de supervisión ecológica en cualquier tramo del río. Y la Argentina no está tan limpita como las cocinas de la tele cuando ya pasó Mister Músculo. La Argentina puede reclamar el cumplimiento estricto del tratado del río Uruguay. Entonces, los vecinos no podrán construir ni un pequeño puerto sin consultar antes, porque “prevenir y controlar la contaminación” es un concepto amplio que abarca cualquier decisión del hombre sobre la Naturaleza.

- La planta que regasificará en Uruguay el combustible boliviano será discutida en solo un mes más. La historia reciente de Sudamérica muestra que la energía divide si el tema queda solo en la provisión pero, como pasó con la Argentina y Bolivia, refuerza la integración cuando queda vinculada a proyectos industriales. El presente energético es un problema. El futuro ata. Un país puede ser irresponsable y no aceptar la atadura que el propio país firmó, pero pagará costos. Y ni el mundo en crisis ni la región con elecciones a la vista aconsejan pagar costos evitables. Pepe dijo ayer que el tema es “decisivo” y que Uruguay prefiere el gas al carbón. Pero que definirá el futuro cuando la Argentina firme.

- El compromiso mutuo de profundizar el canal Martín García y buscar financiamiento para la obra favorece a Uruguay. Los puertos argentinos operan por el canal Emilio Mitre. Los uruguayos, por el Martín García. El tema estaba congelado y dos años atrás el entonces presidente Tabaré Vázquez criticó a la Argentina por la falta de compromiso con el dragado conjunto. Para Pepe, que ya está contento con la reivindicación de José Artigas en el Bicentenario argentino, el tema de los puertos, empezando por el de Montevideo, es algo más que una cuestión de investidura: si se sienta frente a una tira de asado y habla sin vueltas se le encienden los ojitos y parece un federal del siglo XIX combatiendo al unitarismo porteño.

La tercera posición también debería tener en cuenta que azuzar conflictos, externos o internos, no es negocio ni para el Frente Amplio ni para el kirchnerismo y sus aliados. Ayer, por lo menos, la postura fue homogénea. Curiosamente, ni siquiera estaban en el Río de la Plata los dos ex presidentes. Néstor Kirchner se reunía río arriba con Fernando Lugo. Tabaré participó en Barcelona de una conferencia internacional. “La gripe A se llevó ocho mil vidas en el mundo, pero el tabaco mata a 4500 uruguayos por año”, dijo, cuidadoso de no meterse en el trabajo de Mujica.

Cristina y Pepe tomaron un compromiso tan difícil como dejar el pucho.
Difícil pero no imposible.

2 de junio de 2010

Tormenta Agatha deja casi 200 muertos y millonarios daños en Centroamérica

GUATEMALA — La tormenta tropical Agatha dejó cerca de 200 muertos a su paso por Centroamérica este fin de semana, la mayoría en Guatemala, donde todavía hay un centenar de desaparecidos, y millonarios daños en las infraestructuras tanto de este país como de Honduras y El Salvador.

Los balances oficiales registraban este martes 179 muertos (152 en Guatemala, 17 en Honduras y 10 en El Salvador), pero los socorristas todavía seguían buscando desaparecidos tras el paso devastador de la primera tormenta de esta temporada.

Agatha destruyó o dañó más de 22.000 viviendas, por lo que más de 78.000 personas permanecían en albergues y las clases estaban suspendidas en las escuelas de los tres países, aunque el miércoles serían reanudadas en El Salvador y Honduras.

La mayor parte de víctimas y daños se registraron en Guatemala, donde la tormenta sacó a la luz, una vez más, la vulnerabilidad del país ante los fenómenos de la naturaleza.

Los más afectados son los pobres, como siempre sucede cuando las catástrofes naturales acechan a esta región, donde suelen registrarse sismos, erupciones volcánicas y huracanes, y donde millares de familias habitan en precarias casas situadas en laderas o en la orilla de barrancos.

"Nosotros recomendamos que no se autorice la construcción de viviendas en estos puntos", dijo un vocero de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres de Guatemala (Conred), David De León.

En Guatemala, el último balance da cuenta de 152 muertos, 100 desaparecidos y 87 heridos, según la Conred.

La Conred dijo que hay 155.000 evacuados, 64.383 de los cuales permanecían en albergues, así como 21.927 viviendas dañadas.

Todavía hay muchas aldeas incomunicadas por deslaves, que cortaron rutas y dañaron 106 puentes, 18 de los cuales colapsaron.

En El Salvador, el último balance de la Dirección General de Protección Civil registra 10 muertos, dos desaparecidos y tres heridos, además de 11.621 personas instaladas en 198 albergues, tras ser evacuadas de sus hogares.

En este país 97 viviendas sufrieron daños y 11 quedaron destruidas por Agatha. También sufrieron destrozos una escuela y 15 consultorios de salud.

Asimismo, colapsaron seis puentes en El Salvador, incluido el del paso fronterizo 'La Hachadura', por lo que permanece cerrado este cruce a Guatemala.

En Honduras, Agatha dejó al menos 17 muertos, un desaparecido, 3.227 evacuados y 2.168 personas en albergues.

Asimismo, destruyó 63 viviendas y 11 puentes, y además causó daños en 37 rutas, 6 puentes y 5 escuelas, según el balance oficial.

La Unión Europea destinó este martes 3 millones de euros (3,6 millones de dólares) en ayuda humanitaria para los tres países afectados por Agatha.

También han ofrecido ayuda el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Centroamericano de Integración Económica, el Programa Mundial de Alimentos de la ONU y la Federación Internacional de la Cruz Roja.

Guatemala anunció que contraerá un préstamo de 85 millones de dólares con el Banco Mundial para hacer frente a la catástrofe.

En Guatemala las lluvias se sumaron a una erupción el pasado jueves del volcán Pacaya que arrojó cenizas, arena y gases a 100 km a la redonda, obligando al cierre del aeropuerto internacional de la capital, que volvería a operar este martes por la tarde. (AFP)