28 de abril de 2010

La marea negra del Golfo de México podría ser la peor de la historia en EEUU

Agencias | Houston/Nueva Orleans

La marea negra que se ha formado en el Golfo de México después de la explosión del pozo petrolero que se hundió podría convertirse en una de las peores en la historia de EEUU, dijo el martes un portavoz de la Guardia Costera.

La enorme mancha de petróleo alcanzaría la costa estadounidense del Golfo de México este fin de semana, mientras se redoblaban los esfuerzos por contener la fuga de petróleo en un pozo mar adentro, que se produjo tras la explosión y hundimiento de una plataforma que lo perforaba.

La fuga de 1.000 barriles diarios del pozo, a 1.525 metros de profundidad frente a la costa de Luisiana, ha creado una mancha circular de petróleo que cubre un área de alrededor de 74.070 kilómetros cuadrados, dijo el martes la Guardia Costera.

El tamaño de la mancha es levemente mayor que el estado de Virginia Occidental en Estados Unidos.
La plataforma Deepwater Horizon de la firma Transocean Ltd se hundió el 22 de abril, dos días después de que explotó y se incendió mientras perforaba un pozo para BP Plc (BP.L), a casi 64 kilómetros al sureste del delta del río Mississippi.

El derrame estaba 36 millas frente a la costa de Luisiana el lunes por la tarde, pero un cambio de vientos podría empujar la mancha a tierra este fin de semana, de acuerdo a meteorólogos de AccuWeather.
"El viento empujará la mancha de petróleo más al norte-noroeste", dijo Dan Kottlowski, meteorólogo principal de AccuWeather. "Podría tocar tierra en la costa sureste de Luisiana primero" y luego amenazar a las playas en Mississippi, Alabama y Florida, estimó.

Los departamentos del Interior y de Seguridad Nacional de Estados Unidos anunciaron el martes que lanzarán una investigación conjunta de la explosión de la plataforma y su posterior hundimiento.
Para la investigación ambas entidades podrán llamar a testigos y celebrar audiencias públicas, aseguraron.
Esfuerzos por contener el derrame

La Guardia Costera está utilizando robots submarinos para tratar de activar una válvula de cierre sobre el lecho marino para contener el flujo de petróleo. BP está construyendo además un domo para capturar el escape de petróleo antes de que alcance la superficie. Eso estaría listo dentro de dos a cuatro semanas.
BP, con sede en Londres y que es responsable financieramente de la limpieza, podría perforar además pozos de alivio en los próximos días para desviar el flujo del pozo afectado, un proceso que podría llevar meses.

La petrolera aseguró el martes que está gastando más de 6 millones de dólares diarios para contener el enorme derrame.

La Guardia Costera ha desplegado barreras flotantes de contención para mantener al petróleo lejos de las áreas costeras más sensibles.

La entidad aseguró que está considerando además hacer arder el petróleo esparcido.
"Estamos aterrados por los posibles impactos en las especies amenazadas del Golfo y en tortugas marinas en peligro de extinción", dijo Aaron Viles, director de la Red de Restauración del Golfo de Nueva Orleans.
Cachalotes, delfines, marsopas y aves marinas también pueden ser afectados por la mancha de petróleo, dijo Viles.

Once trabajadores de la plataforma están desaparecidos y se presume que hayan muerto en la explosión, en lo que es el peor desastre de plataformas petroleras en casi una década.

Mientras crece el derrame de petróleo, también aumenta la posibilidad de que se afecten los esfuerzos del Congreso de Estados Unidos y del presidente Barack Obama para impulsar la búsqueda de hidrocarburos mar adentro.

26 de abril de 2010

Países de ALC-UE preparan una recomendaciones sobre el cambio climático en Lima

Por Agencia EFE – Lim, 26 de abril de 2010

Representantes de 61 países de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, iniciaron hoy en Lima un diálogo sobre cambio climático con el objetivo de elaborar las propuestas que se presentarán en la cumbre ALC-UE de Madrid.

La reunión en Lima, que se cerrará el martes, es para elaborar las recomendaciones que serán presentadas en la VI cumbre ALC-UE, que se realizará en Madrid el próximo 18 de mayo.

En este marco, el ministro peruano del Ambiente, Antonio Brack, defendió que los países de América Latina y el Caribe, sin ser los principales Estados contaminantes, también deben luchar contra el cambio climático con "reducciones tempranas" de las emisiones de carbono.

"La UE ha prometido reducciones de emisiones entre 20 y 30 por ciento debido a que se trata de países que tienen un desarrollo intensivo en base a carbono. Los países de América Latina y el Caribe no aportamos con grandes emisiones al ambiente pero podemos minimizar con reducciones tempranas el uso intensivo de carbono a nivel global", afirmó Brack.

El titular del Ministerio del Ambiente de Perú explicó que los temas principales a tratar en la cita de Lima serán el apoyo financiero, la transferencia tecnológica y el fortalecimiento de capacidades para implementar las acciones de adaptación y mitigación del cambio climático.

Brack puso como ejemplo de acción concreta contra el cambio climático el programa peruano Conservación de Bosques, que busca llegar a 2021 con un índice de 0 por ciento en la tala de bosques primarios y así contribuir con una reducción de la mitad del total de las emisiones de carbono en Perú.

Para la realización de este plan durante los cuatro próximos años, el Gobierno peruano viene trabajando con Japón un crédito de 40 millones de dólares.

"Creemos que los países deben estar en capacidad y facultad de establecer y solicitar paquetes integrales de ayuda financiera, apoyo tecnológico y fortalecimiento de capacidades, incluyendo la investigación", afirmó Brack.

El ministro peruano también señaló que el incremento de 2 grados de temperatura a nivel mundial que se calcula como consecuencia del cambio climático pone a los países de Latinoamérica y del Caribe en la necesidad de realizar acciones concretas.

Según un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), un incremento de temperatura entre 1 y 6 por ciento en la región puede traer para Argentina, Chile y Uruguay una mejora en la agricultura, mientras que en Centroámerica puede causar un aumento del caudal de lluvias entre el 20 y el 40 por ciento.

Del mismo modo, países como Argentina, Chile, Perú, Nicaragua y Honduras podrían tener dificultades en lograr un correcto abastecimiento de agua.

22 de abril de 2010

Acuerdo de los Pueblos

- - - Servicio Informativo "Alai-amlatina" - - -
Hoy, nuestra Madre Tierra está herida y el futuro de la humanidad está en peligro.

De incrementarse el calentamiento global en más de 2º C, a lo que nos conduciría el llamado “Entendimiento de Copenhague” existe el 50% de probabilidades de que los daños provocados a nuestra Madre Tierra sean totalmente irreversibles. Entre un 20% y un 30% de las especies estaría en peligro de desaparecer. Grandes extensiones de bosques serían afectadas, las sequías e inundaciones afectarían diferentes regiones del planeta, se extenderían los desiertos y se agravaría el derretimiento de los polos y los glaciares en los Andes y los Himalayas. Muchos Estados insulares desaparecerían y el África sufriría un incremento de la temperatura de más de 3º C. Así mismo, se reduciría la producción de alimentos en el mundo con efectos catastróficos para la supervivencia de los habitantes de vastas regiones del planeta, y se incrementaría de forma dramática el número de hambrientos en el mundo, que ya sobrepasa la cifra de 1.020 millones de personas.

Las corporaciones y los gobiernos de los países denominados “más desarrollados”, en complicidad con un segmento de la comunidad científica, nos ponen a discutir el cambio climático como un problema reducido a la elevación de la temperatura sin cuestionar la causa que es el sistema capitalista.

Confrontamos la crisis terminal del modelo civilizatorio patriarcal basado en el sometimiento y destrucción de seres humanos y naturaleza que se aceleró con la revolución industrial.

El sistema capitalista nos ha impuesto una lógica de competencia, progreso y crecimiento ilimitado. Este régimen de producción y consumo busca la ganancia sin límites, separando al ser humano de la naturaleza, estableciendo una lógica de dominación sobre ésta, convirtiendo todo en mercancía: el agua, la tierra, el genoma humano, las culturas ancestrales, la biodiversidad, la justicia, la ética, los derechos de los pueblos, la muerte y la vida misma.

Bajo el capitalismo, la Madre Tierra se convierte en fuente sólo de materias primas y los seres humanos en medios de producción y consumidores, en personas que valen por lo que tienen y no por lo que son.

El capitalismo requiere una potente industria militar para su proceso de acumulación y el control de territorios y recursos naturales, reprimiendo la resistencia de los pueblos. Se trata de un sistema imperialista de colonización del planeta.

La humanidad está frente a una gran disyuntiva: continuar por el camino del capitalismo, la depredación y la muerte, o emprender el camino de la armonía con la naturaleza y el respeto a la vida.

Requerimos forjar un nuevo sistema que restablezca la armonía con la naturaleza y entre los seres humanos. Sólo puede haber equilibrio con la naturaleza si hay equidad entre los seres humanos.

Planteamos a los pueblos del mundo la recuperación, revalorización y fortalecimiento de los conocimientos, sabidurías y prácticas ancestrales de los Pueblos Indígenas, afirmados en la vivencia y propuesta de “Vivir Bien”, reconociendo a la Madre Tierra como un ser vivo, con el cual tenemos una relación indivisible, interdependiente, complementaria y espiritual.

Para enfrentar el cambio climático debemos reconocer a la Madre Tierra como la fuente de la vida y forjar un nuevo sistema basado en los principios de:
• armonía y equilibrio entre todos y con todo
• complementariedad, solidaridad, y equidad
• bienestar colectivo y satisfacción de las necesidades fundamentales de todos en armonía con la Madre Tierra
• respeto a los Derechos de la Madre Tierra y a los Derechos Humanos
• reconocimiento del ser humano por lo que es y no por lo que tiene
• eliminación de toda forma de colonialismo, imperialismo e intervencionismo
• paz entre los pueblos y con la Madre Tierra.

Ver documento completo en: ALAINET

MANIFIESTO POR EL DÍA DE LA TIERRA

Muchos grupos sociales aprovechamos el Día de la Tierra para llamar  la atención sobre los problemas ambientales que, con un alcance sin precedentes, afectan al conjunto del planeta. Entre ellos destaca de forma muy singular el calentamiento terrestre. El último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), fechado en 2007 es concluyente al respecto. Once de los doce años más cálidos desde 1850 están entre 1995 y 2006. La temperatura media global ha aumentado 0,74ºC de 1906 a 2005 (mayor que la publicada en el anterior informe).  Al tiempo que la tendencia al aumento de la temperatura de los últimos cincuenta años prácticamente dobla la de los cien anteriores. El incremento de gases de invernadero, lejos de reducirse sigue creciendo y lo hace a velocidad mayor de la prevista.

Pero esto no es ni mucho menos un informe alarmista, sino el informe de conclusión redactado para lograr el consenso científico. Muchísimos especialistas, entre los que se cuentan los más prestigiosos expertos, tienen una percepción aún más pesimista. Aumenta también el consenso sobre que es preciso empezar a reducir las emisiones mundiales en el próximo decenio y hacerlo de forma rápida, si se quiere evitar que la temperatura no aumente más de 2ºC, cifra a partir de la cual pueden desencadenarse fenómenos catastróficos irreversibles.

Un nuevo dato preocupante es el rotundo fracaso de la cumbre de Copenhague. Tras un largo proceso de negociación internacional que duró varios años, el único acuerdo logrado es un texto propuesto por 25 países y del que “toman nota” los restantes países asistentes. Se sabía que la cumbre de las Naciones Unidas en Copenhague no desembocaría en un acuerdo suficiente para limitar el cambio climático, pero el texto adoptado al término del encuentro es peor que todo lo que se había podido imaginar: ¡no hay objetivos cifrados de reducción de las emisiones, ni año de referencia para medirlos, ni plazos, ni fecha!. El texto contiene una vaga promesa de 100.000 millones de dólares  para la adaptación en los países en desarrollo, pero las fórmulas utilizadas y diversos comentarios hacen temer préstamos administrados por las grandes instituciones financieras más que verdaderas reparaciones pagadas por los responsables del desastre.

La incoherencia del documento es total. Los jefes de Estado y de gobiernoreconocieron que “el cambio climático constituye uno de los mayores desafíos de nuestra época” pero, a la salida de la 15ª  conferencia de este tipo, siguen sin ser capaces de tomar la menor medida concreta para hacerle frente. Admiten  la necesidad de permanecer “por debajo de 2ºC” de subida de temperatura, consiguientemente la necesidad de “reducciones drásticas” de las emisiones “conforme al cuarto informe del IPCC”, pero son incapaces de asumir las conclusiones fijadas por los climatólogos: al menos el 40% de reducción en 2020 y el 95% de reducción en 2050 en los países desarrollados. Subrayan con énfasis su “fuerte voluntad política” de “colaborar en la realización de este objetivo” . Pero no actúan en consecuencia.

Felizmente, frente a la derrota en la cumbre, Copenhague fue una significativa victoria en la base. La manifestación internacional del sábado 12 de diciembre reunió a unas 100.000 personas que, a pesar de una feroz represión policial, ocuparon la capital nórdica al grito de “El planeta primero, la gente primero”. Frente a la incapacidad total de los gobiernos, frente a los lobbies económicos que impiden tomar las medidas para estabilizar el clima respetando la justicia social, cada vez más habitantes del planeta comprenden que las catástrofes anunciadas por los especialistas no podrán ser evitadas más que cambiando radicalmente de política.

Copenhague simboliza esta toma de conciencia. Se expresa por la participación de actores sociales que, hace poco todavía, se mantenían al margen de las cuestiones ecológicas, que incluso las contemplaban con desconfianza: organizaciones de mujeres, movimientos campesinos, sindicatos, asociaciones de solidaridad Norte-Sur, movimiento por la paz, agrupamientos altermundialistas, etc. Su entrada en escena desplaza radicalmente el centro de gravedad. En adelante, la lucha por un tratado internacional ecológicamente eficaz y socialmente justo se jugará en la calle –más que en los pasillos de las cumbres- y será una batalla social- más que un debate entre expertos.

Debido a este fracaso y a que son necesarios acuerdos internacionales vinculantes que fuercen a una reducción suficiente de emisiones con un reparto justo que tenga en cuenta las emisiones históricas de cada país, la futura cumbre a celebrar en Méjico es decisiva. Es precisa una amplia movilización social que fuerce a los poderes económicos y políticos a revertir las preocupantes tendencias actuales.

Frente a esta situación la propuesta programática en los países de la UE debe pivotar sobre tres ejes básicos:

1) Vuelta a la presencia de los poderes públicos al mundo de la energía. Evidenciada en el retorno a la planificación con participación social en las actividades de generación eléctrica y en la adquisición de hidrocarburos. Supeditación de los mecanismos de mercado a la lógica social.

2) Enfoque de demanda en dicha planificación. El interés de una sociedad racional es consumir el mínimo de energía posible para conseguir la satisfacción del máximo de los servicios. Los segundos son los que proporcionan, dentro de ciertos márgenes, el bienestar material, mientras que la energía es un coste económico y un factor de generación de impacto ambiental.

3) Sostenibilidad ambiental y social del suministro energético. Reducción unilateral de las emisiones de gases de efecto invernadero en la cuantía y al ritmo necesario para mantener el cambio climático dentro de los límites tolerables. Rechazo a las tecnologías de riesgo como las centrales nucleares. Compromiso de la UE para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40% para 2020 con respecto a los niveles de 1990. Políticas de largo alcance para descarbonificar el suministro de energía. Reducción del consumo de energía primaria en la UE en un 30% en 2020 con respecto a los niveles actuales. Fijar un objetivo de que el 30% de la energía de la UE se base en fuentes renovables en 2020. Apuntar el objetivo de conseguir un suministro energético basado 100 % en energías renovables a partir de 2040.

Por este motivo, la Asamblea de Movimientos Sociales del Foro Social Mundial en Madrid apoya todas las movilizaciones que se desarrollen en las fechas próximas al Día de la Tierra, especialmente la manifestación que se celebrará en Madrid el día 24 de abril, a las 12 horas, entre la plaza de Jacinto Benavente y el Museo Reina Sofía, y pide a todos las personas cercanas que se sumen a ella.

21 de abril de 2010

Abogan en Bolivia por presión popular para tribunal climático

20 de abril de 2010, 20:29 - Cochabamba, Bolivia (PL) El filósofo belga Francois Houtart abogó hoy aquí por la necesaria presión de los pueblos para la instalación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática.

Houtart participó junto a otras personalidades como el padre nicaragüense Miguel D'Escoto en un panel sobre ese tema, como parte de las deliberaciones en la Primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático, que concluirá pasado mañana en Cochabamba y la localidad de Tiquipaya.

Tras explicar la creación y funcionamiento de otras Cortes penales internacionales, como la de La Haya, el investigador apreció como necesaria y urgente la creación de un espacio en el cual se juzguen a Estados, empresa y personas que dañen el medio ambiente y la naturaleza.

Asimismo consideró complejo el camino pero no imposible, y afirmó se debería comenzar estudiando los alcances y las competencias de esa instancia, para lo cual estimó vital la opinión y presión hacia los gobiernos de las organizaciones sociales.

A su turno, D'Escoto, también ex presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, consideró que el Tribunal de Justicia Climática debe darse en el entorno del organimso mundial pese a la pérdida de liderazgo.

En ese sentido, llamó a reinventar las Naciones Unidas, en cuyo seno, dijo, solo están naciones sojuzgadas y sometidas al imperio, al gobierno de Estados Unidos.

Por su parte, la boliviana Elizabeth Peredo, directora de la Fundación Solón, afirmó que llegó la hora de que los responsables del deterioro de la Pachamama (Madre Tierra), las naciones industrializadas, sean sancionadas.

Al respecto, recordó que en la nación suramericana existió un antecedente que fue el Tribunal Ético de Justica Climática, creado en 2009 por la sociedad civil, no vinculante, pero con la fuerza moral suficiente para sancionar a los culpables de la debacle medioambiental.

Junto a la creación de esa instancia mundial de justicia, Bolivia propuso a la Conferencia Mundial de los Pueblos, la realización de un referendo sobre cambio climático el próximo 12 de octubre.

La cumbre social cochabambina concluirá pasado mañana en el estadio Félix Capriles, en una concentración popular donde se darán a conocer las conclusiones del foro y celebrarán el Día internacional de la Tierra, aprobado por ONU el año pasado a solicitud del presidente boliviano Evo Morales.

DECLARACIÓN de la III Feria Internacional del Agua

Dirigida a la

Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra


El cambio climático es resultado de un modelo productivo extractivista, depredador y contaminante ejemplificado en la explotación de la minería de gran escala, petróleo, carbón, gas, represas de agua, orientadas a satisfacer un consumo energético derrochador, que incluye la industria militar. Por otra parte, la agricultura industrial que fomenta el monocultivo en enormes extensiones territoriales, profundiza el cambio climático, que margina a la gran mayoría de los pueblos de las tomas de decisiones y del producto de su trabajo.
Estas actividades concentran y se apropian de las aguas superficiales y subterráneas y destruyen los ecosistemas generadores de agua; son altamente consumidoras de agua dulce, y devuelven a la naturaleza agua contaminada, trastornando así el ciclo hidrológico natural.
A este problema generado por los países industrializados y las multinacionales se han propuesto falsas soluciones dentro de la lógica del mercado, como son: los agrocombustibles, las plantaciones forestales para sumideros de cabono, las represas hidroeléctricas y la energía nuclear dentro del mal llamado Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL). A esto se agregan nuevas “propuestas” como el mecanismo de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Evitada (REDD). Estos mecanismos profundizan el problema climático y ambiental, pero sobre todo son medidas de recolonización territorial que quitan el derecho de uso, manejo y gestión del agua, la biodiversidad y el territorio a las comunidades locales.
PROPONEMOS

1. Impulsar la transición de un modelo extractivista a uno basado en principios de solidaridad, justicia, dignidad, respeto a la vida, reciprocidad y equidad, recuperando la visión andina del agua como energía, ser vivo, fuente de vida, regalo generoso de la Pacha Mama, que por tanto no puede ser apropiada por nadie.
2. Revocar permisos a las corporaciones trasnacionales y nacionales, decir basta en particular a las empresas mineras, gaseras, petroleras, de monocultivos, agroindustriales y ganadería intensiva. Estas actividades son voraces consumidoras de agua que termina convertida en mercancías para satisfacer un consumismo creciente.
3. Exigir a los gobiernos la aplicación de políticas de estado que preserven el patrimonio natural, los bosques y la biodiversidad, acorde con el equilibrio de los ecosistemas, poniendo énfasis en el agua y en especial el reconocimiento de los derechos de la madre tierra, los bienes comunes y al agua como un derecho humano.
4. Promover la recuperación de las prácticas de nuestros ancestros en tecnologías nuevas, alternativas y milenarias, que sean ambiental y socialmente justas y favorezcan el equilibrio en el relacionamiento humano satisfaciendo las necesidades para el “buen vivir” del pueblo. Impulsar la producción agrícola orgánica, el saneamiento básico amigable con la naturaleza y un manejo adecuado de residuos.
5. Exigir el reconoconocimiento y el respeto a los derechos de los pueblos originarios, campesinos y pequeños productores a sus territorios como la mayor garantía para la preservación del agua y las fuentes que la generan. Sólo así se conseguirá evitar y enfrentar las catástrofes del cambio climático.

6. Rechazar las falsas soluciones al cambio climático y atender las verdaderas necesidades de las comunidades.

7. Reclamamos a nuestros gobiernos, presentes en la cumbre de Cochabamba, la salida del Foro Mundial del Agua por ser una instancia que promueve la privatización del agua y es liderada por las multinacionales del agua.

Los participantes de la III Feria Internacional del Agua reunidos en Cochabamba del 14 al 18 de Abril de 2010 nos solidarizamos con las luchas de nuestros pueblos por el agua, en particular saludamos la resistencia del pueblo hondureño y su lucha por la democracia. Destacamos que la justicia climática no es posible sin una justicia del agua y nos declaramos parte del movimiento social global.

19 de abril de 2010

Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra

 CMPCC
Cochabamba, Bolivia
19 al 22 de abril


Hoy se inauguro en Cochabamba, Bolivia la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climatico y los Derechos de la Madre Tierra, que se cerrara el 22 de abril, Dia Mundial de la Madre Tierra.

Esta Conferencia fue convocada por el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, tras el fracaso de coincidir en un acuerdo justo y vinculante sobre Cambio Climatico durante la Conferencia de las Naciones Unidas en Copenhague (COP 15) en diciembre de 2009. 

"La solucion al problema del cambio climatico debe ser asumida por quienes sufren sus consecuencias, los pueblos del mundo y principalmente los mas pobres".

Evo Morales invito a 192 mandatarios de Estados presentes en la COP15 y se espera a mas de 15 mil representantes de organizaciones sociales e instituciones ambientalistas. 

El Llamado Mundial de Accion contra la Pobreza (GCAP) sera presente y organizara algunas acciones de movilizacion (ver el Programa en otra entrada). 

Desde el GCAP Argentina, un representante de la Asociacion Comunitaria Toba de Colonia Chaco, Virginio Damian Montenegro, él cual también participo del Taller de trabajo que se hizo en Buenos Aires para armar la Declaracion conjunta de las organizaciones sociales frente a la COP15. 

Desde Buenos Aires, asumimos el compromiso de difundir notas y novedades de la Conferencia en este mismo Blog, para poder seguir nuestros/as companeros/as reunidos en Cochabamba. 

Los invitamos a participar del debate y comentar las diversas acciones.
 
Para mayor informacion y obtener el Programa completo de las actividades, visita la pagina: http://cmpcc.org/

ACTIVIDADES DEL GCAP en la CMPCC

Asamblea de los Movimientos Sociales

Convocatoria Asamblea de los Movimientos Sociales
Cochabamba, Bolivia, 19 de abril de 2010
10h30-12h30 - Sala Biblio P3 (Piso 3) - UNIVALLE

Nosotras y nosotros activistas de diferentes movimientos sociales, caracterizamos el momento actual por la prepotencia de Estados Unidos, Unión Europea y las transnacionales, que se expresó en Copenhague cuando muy pocos países intentaron imponer un resultado, que no fue acordado en la COP 15, de no hacer nada para detener el incremento de la temperatura del Planeta y el daño climático.

El incremento de la presencia militar y bases militares en diversas partes del mundo, invasiones y ocupaciones "humanitarias" indican que la guerra, la ocupación de mercados y territorios, la presencia militar para el control de recursos energéticos, el agua y la biodiversidad son parte de las estrategias de salida a la crisis civilizatoria del capitalismo y su lógica sacrificial, depredadora, racista y patriarcal que se disfraza en negociaciones ilegitimas en nombre de la crisis climática.

Nuestra respuesta está en lucha por el derecho de los pueblos a vivir bien en los territorios, contra las falsas soluciones a las crisis, contra la militarización como respuesta a la misma, contra las acciones de transnacionales que con la connivencia o apoyo de gobiernos o instituciones multilaterales como el Banco Mundial acaparan territorios para el monocultivo y para la privatización del aire y la creación de mercados especulativos de los llamados "créditos de carbono".

En este sentido estaremos presentes en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra -Cochabamba, donde organizaremos una Asamblea de los Movimientos Sociales en seguimiento a nuestros esfuerzos y articulaciones en la lucha, con una dupla tarea:

- debatir y organizar nuestro apoyo a las propuestas y iniciativas de los gobiernos comprometidos con los derechos de los pueblos y de la naturaleza;

- debatir y organizar nuestra agenda como movimientos sociales para potencializar nuestras alternativas y resistencias a la expansión de las relaciones de mercado a todos los dominios de la relación entre las personas y de ellas con la naturaleza, la ofensiva de las transnacionales y de la militarización.

Alianza Social Continental
ATALC (Amigos de la Tierra América Latina)
Cebrapaz
Confederacion Sindical de Trabajadores/as de las Américas
Climate Justice Now!
CLOC
COMPA
Fdim
Jubileo Sur Americas
Marcha Mundial das Mulheres
Oclae
Red CADTM AYNA
Via Campesina

SEPARADORES del GCAP en la CMPCC

Derechos de la Naturaleza: globales pero también locales

- - - Servicio Informativo "Alai-amlatina" - - -

Eduardo Gudynas

ALAI AMLATINA, 18/04/2010.- Es necesario un cambio radical en la forma de valorar el ambiente que nos rodea y a los recursos naturales que alberga la Naturaleza. La persistente crisis ecológica no es sólo el resultado de fallas técnicas o incapacidades en el monitoreo ambiental, sino que sus raíces profundas se encuentran en valorar a todo lo que nos rodea según su utilidad o rentabilidad.

Por lo tanto, la discusión sobre los derechos de la Naturaleza, tal como se propone en el encuentro de Cochabamba (Bolivia), es un paso adelante hacia una postura ética que reconoce los valores propios en el ambiente, independientes de su beneficio o utilidad para las personas. Si bien esto puede parecer muy sencillo, en realidad implica un cambio radical en cómo se asignan los valores, con implicaciones que van desde la economía a las prácticas políticas.

Los derechos de la Naturaleza se expresan en múltiples escalas. Es tanto un asunto global, tal como se observa en el énfasis del encuentro de Cochabamba sobre cambio climático, pero también tiene implicancias y urgencias a nivel continental, nacional y local.

Sin embargo, en los últimos tiempos, la insistencia en los cambios del clima planetario ha servido de excusa para dejar de lado esas otras escalas. No recibe toda la atención que merecen los evidentes problemas ambientales a escala continental. Entre ellos, en América del Sur, el avance de la deforestación en las zonas andino amazónicas está cambiando la dinámica climática regional, y parecería que es uno de los factores que explican los cambios en el régimen de lluvias en la vertiente atlántica del Cono Sur.

Tampoco deben olvidarse los problemas ambientales a escala nacional y local. No es posible desatender serios impactos como la deforestación, el incremento vertiginoso en el uso de agrotóxicos o las serias limitaciones en manejar los residuos urbanos.

De esta manera, cada escala está estrechamente enlazada con las otras, y en todas ellas está presente la problemática de la ética ambiental. El utilitarismo que está detrás de la deforestación o la expansión de los monocultivos, tienen clarísimos efectos locales, pero también son las principales fuentes de emisión de gases con efecto invernadero desde América del Sur. Por lo tanto, si en Cochabamba se va a discutir el cambio climático global en serio, el debate también debe abarcar a nuestros propios países, nuestra propia Madre Tierra. La ética ambiental global va de la mano con una local, y se deben discutir asuntos como el manejo de los suelos, la pérdida de bosques o el papel de las agroexportaciones. Una nueva mirada a los derechos del ambiente planetario no puede generarse desde una ceguera ecológica local.

A ese nivel, los grupos ciudadanos siguen siendo los mejores y más atentos vigilantes de la situación en el ambiente que les rodea. Ellos detectan las contradicciones ecológicas, y permiten crear los necesarios puentes entre las escalas local y nacional, con la planetaria. Un ejemplo de esos vínculos está en la insistencia del Consejo de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ) de Bolivia, quienes juntos a otras organizaciones ciudadanas, buscan debatir en Cochabamba asuntos como los impactos de la minería, las prospecciones petroleras o los planes de construir represas hidroeléctricas en la Amazonia. En esos y otros casos está en juego la construcción de los derechos de la Naturaleza.

Abandonar la vieja ética de la apropiación y el uso, para incorporar una mirada ambiental, no es fácil para muchas corrientes políticas y allí se generan muchas resistencias. Eso explica que sea más sencillo enarbolar un discurso ambiental a escala global, pero no se logra aplicar ese espíritu a escala nacional y local. Las insistencia de la sociedad civil, como los planteos de organizaciones indígenas como CONAMAQ de Bolivia o CONAIE de Ecuador, obliga a reconectar la problemática ambienta local con la global.

Pero las resistencias son tales, que el presidente Evo Morales frente a esas demandas optaba por advertir sobre la "utilización" de los indígenas a manos del capitalismo global, hasta que finalmente su gobierno decidió excluir los temas nacionales de los debates en Cochabamba. Afirmar que ese tipo de organizaciones y otros grupos ciudadanos estén al favor de un capitalismo depredador o sean partícipes de algún tipo de complot internacional, es insostenible. La propia historia de lucha de esas organizaciones deja en claro que sus objetivos son otros.

Aún más, en esta fase del cambio político bajo gobiernos progresistas, está claro que las demandas ambientales deben ser respondidas con argumentos y medidas efectivas, y no simplemente con slogans mientras persiste la destrucción del ambiente. El resultado es contraproducente, ya que como no aparecen argumentos convincentes para mantener las estrategias extractivistas del pasado ni fructifican otros ensayos más allá de ellas, parecería que se termina dándole la razón a los sectores conservadores que insisten en decir que la izquierda gobernante realmente carece de una propuesta de desarrollo diferente a la de generar múltiples programas de asistencia y bonos sociales.

También parecería que es más sencillo cuestionar los impactos ambientales de las políticas mineras o petroleras en el Perú de Alan García o bajo el gobierno de Alvaro Uribe en Colombia, pero se hace más difícil debatirlas en el caso de Evo Morales, Lula da Silva en Brasil o Rafael Correa en Ecuador. No faltan quienes sostienen que a los ambientalistas nada les conforma, criticando a todos, y no reconocer los cambios sustanciales generados desde el progresismo. Muchos de esos cambios políticos son reales, y no son pocos los que se lograron con el concurso efectivo del ambientalismo como parte de los movimientos sociales volcados al cambio. Pero la advertencia ecológica, y en especial las implicancias de reconocer los derechos de la Naturaleza, van más allá de los programas de gobierno, ya que son más profundas en tanto apuntan a un estilo de desarrollo que defiende valoraciones antropocéntricas y utilitaristas.

La ética de la Naturaleza ataca las raíces del imaginario del progreso material, y esa crítica verde desata muchas resistencias. En ese punto es oportuno apelar a parafrasear un conocido manifiesto, señalando que el fantasma de la crisis ecológica recorre el mundo, donde la radicalidad de los derechos de la Naturaleza es de tal envergadura que los creyentes en los viejos estilos de desarrollo se están uniendo para acosarlo, sean presidentes de la antigua política o líderes de nuevos gobiernos. Hay muchos ejemplos donde unos y otros atacan al ambientalismo, calificándolo unas veces de ser demasiado radical, otras veces de ser conservador, allí lo tildan de utópico, aquí lo denuncian como una barrera al progreso.

Esto deja en claro que la discusión sobre los derechos de la Naturaleza implica desafíos mucho más profundos de lo que usualmente se acepta, involucrando una redefinición de la justicia social para ampliarla al campo ambiental, apuntando a un desarrollo postextractivista bajo nuevas prácticas políticas.

En este debate no se pueden acallar las voces de las organizaciones ciudadanas. Específicamente en el caso del encuentro en Cochabamba, cualquier discusión real sobre los derechos de la Naturaleza no sólo debe profundizar su enfoque planetario, sino que también debe nutrirse de las alertas locales, ya que desde ellas se también se genera una nueva ciudadanía ecológica. Esos y otros debates desatarán incomodidades, y no hay que temerles, ya que el alumbramiento de una nueva ética pasa por romper con viejas ideologías que están profundamente arraigadas en todos nosotros.

Los derechos de la Naturaleza implican un cambio radical sobre los estilos de desarrollo, tanto en sus escalas globales como locales. Ignorar una de esas escalas hace imposible no sólo abordar a las otras, sino que imposibilita una verdadera transformación de nuestra relación con la Naturaleza.

Eduardo Gudynas es analista de información en CLAES (Centro Latino Americano de Ecología Social) - www.ambiental.net

Hacia la Declaración Universal de los Derechos de la Naturaleza

- - - Servicio Informativo "Alai-amlatina" - - -

Alberto Acosta

ALAI AMLATINA, 16/04/2010.- En los Derechos de la Naturaleza el centro está puesto en la Naturaleza. Esta vale por sí misma, independientemente de la utilidad o usos del ser humano, que forma parte de la Naturaleza.

La compleja construcción de un proyecto de vida en común


Toda Constitución sintetiza un momento histórico. En toda Constitución se cristalizan procesos sociales acumulados. Y en toda Constitución se plasma una determinada forma de entender la vida. Una Constitución, sin embargo, no hace a una sociedad. Es la sociedad la que elabora la Constitución y la adopta casi como una hoja de ruta. Una Constitución, más allá de su indudable trascendencia jurídica, es ante todo un proyecto político de vida en común, que debe ser puesto en vigencia con el concurso activo de la sociedad.

Desde esta perspectiva, la Constitución ecuatoriana -construida colectivamente en los años 2007 y 2008-, fiel a las demandas acumuladas en la sociedad, consecuente con las expectativas creadas, responsable con los retos globales, se proyecta como medio e incluso como un fin para dar paso a cambios estructurales. En su contenido afloran múltiples definiciones para impulsar transformaciones de fondo, a partir de propuestas construidas a lo largo de muchas décadas de resistencias y de luchas sociales. Transformaciones, muchas veces, imposibles de aceptar (e inclusive de entender) por parte de los constitucionalistas tradicionales y de quienes a la postre ven como sus privilegios están en peligro. Una de esas "novedades" se plasma en los Derechos de la Naturaleza.

La Naturaleza en el centro del debate


La acumulación material -mecanicista e interminable de bienes-, apoltronada en "el utilitarismo antropocéntrico sobre la Naturaleza"- al decir del uruguayo Eduardo Gudynas-, no tiene futuro. Los límites de los estilos de vida sustentados en esta visión ideológica del progreso son cada vez más notables y preocupantes. No se puede seguir asumiendo a la Naturaleza como un factor de producción para el crecimiento económico o como un simple objeto de las políticas de desarrollo.

Esto nos conduce a aceptar que la Naturaleza, en tanto término conceptualizado por los seres humanos, debe ser reinterpretada y revisada íntegramente. Para empezar la humanidad no está fuera de la Naturaleza. La visión dominante, incluso al definir la Naturaleza sin considerar a la humanidad como parte integral de la misma, ha abierto la puerta para dominarla y manipularla. Se le ha transformado en recursos o en "capital natural" a ser explotados. Cuando, en realidad, la Naturaleza puede existir sin seres humanos...

En este punto hay que rescatar las dimensiones de la sustentabilidad. Esta exige una nueva ética para organizar la vida misma. Un paso clave, los objetivos económicos deben estar subordinados a las leyes de funcionamiento de los sistemas naturales, sin perder de vista el respeto a la dignidad humana y la mejoría de la calidad de vida de las personas.

Un proceso histórico de ampliación de los derechos

A lo largo de la historia, cada ampliación de los derechos fue anteriormente impensable. La emancipación de los esclavos o la extensión de los derechos civiles a los afroamericanos, a las mujeres y a los niños fueron una vez rechazadas por los grupos dominantes por ser consideradas como un absurdo. Para la abolición de la esclavitud se requería que se reconozca "el derecho de tener derechos", lo que exigía un esfuerzo político para cambiar aquellas leyes que negaban esos derechos. Para liberar a la Naturaleza de esta condición de sujeto sin derechos o de simple objeto de propiedad, es entonces necesario un esfuerzo político que reconozca que la Naturaleza es sujeto de derechos. Este aspecto es fundamental si aceptamos que todos los seres vivos tienen el mismo derecho ontológico a la vida.

Esta lucha de liberación es, ante todo, un esfuerzo político que empieza por reconocer que el sistema capitalista destruye sus propias condiciones biofísicas de existencia. Dotarle de Derechos a la Naturaleza significa, entonces, alentar políticamente su paso de objeto a sujeto, como parte de un proceso centenario de ampliación de los sujetos del derecho. Si se le aseguran derechos a la Naturaleza se consolida el "derecho a la existencia" de los propios seres humanos, como anotaba en 1988 el jurista suizo Jörg Leimbacher.

Del actual antropocentrismo debemos transitar, al decir de Gudynas, al biocentrismo. Esto implica organizar la economía preservando la integridad de los procesos naturales, garantizando los flujos de energía y de materiales en la biosfera, sin dejar de preservar la biodiversidad.

Estos planteamientos ubican con claridad por donde debería marchar la construcción de una nueva forma de organización de la sociedad. Pero, no será fácil. Sobre todo en la medida que ésta afecta los privilegios de los círculos de poder nacionales y transnacionales, éstos harán lo imposible para tratar de detener este proceso. Esta reacción, lamentablemente, también se nutre de algunas acciones y decisiones del gobierno de Rafael Correa, quien alentó con entusiasmo el proceso constituyente y la aprobación popular de la Constitución de Montecristi, pero que con algunas de las leyes aprobadas posteriormente, por ejemplo la Ley de Minería o la Ley de Soberanía Alimentaria, sin dar paso a la conformación del Estado plurinacional, en una suerte de contrarrevolución legal, atenta contra varios de los principios constitucionales.

Una declaración pionera a nivel mundial


Al reconocer a la Naturaleza como sujeto de derechos, en la búsqueda de ese necesario equilibrio entre la Naturaleza y las necesidades y derechos de los seres humanos, enmarcados en el principio del Buen Vivir, se supera la clásica versión jurídica. Y para conseguirlo nada mejor que diferenciar los Derechos Humanos de los Derechos de la Naturaleza, tal como lo plantea Gudynas.

En los Derechos Humanos el centro está puesto en la persona. Se trata de una visión antropocéntrica. En los derechos políticos y sociales, es decir de primera y segunda generación, el Estado le reconoce a la ciudadanía esos derechos, como parte de una visión individualista e individualizadora. En los derechos económicos, culturales y ambientales, conocidos como derechos de tercera generación, se incluye el derecho a que los seres humanos gocen de condiciones sociales equitativas y de un medioambiente sano y no contaminado. Se procura evitar la pobreza y el deterioro ambiental.

Los derechos de primera generación se enmarcan en la visión clásica de la justicia: imparcialidad ante la ley, garantías ciudadanas, etc. Para cristalizar los derechos económicos y sociales se da paso a la justicia re-distributiva o justicia social, orientada a resolver la pobreza. Los derechos de tercera generación configuran, además, la justicia ambiental, que atiende sobre todo demandas de grupos pobres y marginados en defensa de la calidad de sus condiciones de vida afectada por destrozos ambientales. En estos casos, cuando hay daños ambientales, los seres humanos pueden ser indemnizados, reparados y/o compensados.

En los Derechos de la Naturaleza el centro está puesto en la Naturaleza. Esta vale por sí misma, independientemente de la utilidad o usos del ser humano, que forma parte de la Naturaleza. Esto es lo que representa una visión biocéntrica. Estos derechos no defienden una Naturaleza intocada, que nos lleve, por ejemplo, a dejar de tener cultivos, pesca o ganadería. Estos derechos defienden mantener los sistemas de vida, los conjuntos de vida. Su atención se fija en los ecosistemas, en las colectividades, no en los individuos. Se puede comer carne, pescado y granos, por ejemplo, mientras me asegure que quedan ecosistemas funcionando con sus especies nativas.

A los Derechos de la Naturaleza se los llama derechos ecológicos para diferenciarlos de los derechos ambientales de la opción anterior. En la nueva Constitución ecuatoriana -no así en la boliviana- estos derechos aparecen en forma explícita como Derechos de la Naturaleza, así como derechos para proteger las especies amenazadas y las áreas naturales o restaurar las áreas degradadas. También es trascendente la incorporación del término Pacha Mama, como sinónimo de Naturaleza, en tanto reconocimiento de interculturalidad y plurinacionalidad.

En este campo, la justicia ecológica pretende asegurar la persistencia y sobrevivencia de las especies y sus ecosistemas, como redes de vida. Esta justicia es independiente de la justicia ambiental. No es de su incumbencia la indemnización a los humanos por el daño ambiental. Se expresa en la restauración de los ecosistemas afectados. En realidad se deben aplicar simultáneamente las dos justicias: la ambiental para las personas, y la ecológica para la Naturaleza.

Siguiendo con las reflexiones de Gudynas, los Derechos de la Naturaleza necesitan y a la vez originan otro tipo de definición de ciudadanía, que se construye en lo social pero también en lo ambiental. Estas ciudadanías son plurales, ya que dependen de las historias y de los ambientes, acogen criterios de justicia ecológica que superan la visión tradicional de justicia.

La proyección de los Derechos de la Naturaleza

De los Derechos de la Naturaleza, asumidos en la Constitución ecuatoriana, se derivan decisiones trascendentales. Uno clave tiene que ver con procesos de desmercantilización de la Naturaleza, como han sido la privatización del agua, así como de sus sistemas de distribución y abastecimiento. Igualmente se exige la eliminación de criterios mercantiles para utilizar los servicios ambientales. La restauración integral de los ecosistemas degradados es otro de los pasos revolucionarios adoptados.

La soberanía alimentaria se transforma en eje conductor de las políticas agrarias e incluso de recuperación del verdadero patrimonio nacional: su biodiversidad. Incluso se reclama la necesidad de conseguir la soberanía energética, sin poner en riesgo la soberanía alimentaria o el equilibrio ecológico.

Si aceptamos que es necesaria una nueva ética para reorganizar la vida en el planeta, resulta indispensable agregar a la justicia social y la justicia ambiental, la justicia ecológica. En otras palabras, los Derechos Humanos se complementan con los Derechos de la Naturaleza, y viceversa.

De los Andes al mundo


El mandato de los Derechos de la Naturaleza nos invita a pensar y realizar una integración regional de nuevo cuño. Y desde esta perspectiva, desde Nuestra América habrá que levantar la tesis de una pronta Declaración Universal de los Derechos de la Naturaleza, compromiso que podrá encontrar un espaldarazo en el marco de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, convocada por el presidente Evo Morales.

Nuestra responsabilidad es grande y compleja. Al tiempo que condenamos los sistemas y las prácticas depredadoras forjadas en el capitalismo metropolitano, debemos condenar por igual y superar las diversas formas de extractivismo que consolidan la sumisión de nuestros países en el mercado mundial, en tanto productores y exportadores de materias primas. Este extractivismo, para nada superado en nuestros países, seguirá hundiendo en la miseria a los pueblos y agravando los problemas ambientales.

En suma, está en juego el Buen Vivir (sumak kausay o suma qamaña), relacionado estrechamente con los Derechos de la Naturaleza. Estos derechos, sumados a los Derechos Humanos, nos conminan a construir democráticamente sociedades sustentables. Y esas sociedades se lograrán a partir de ciudadanías plurales pensadas también desde lo ambiental, en las que el ser humano y las diversas colectividades de seres humanos coexistan en armonía con la Naturaleza.

-Alberto Acosta es Economista ecuatoriano. Profesor e investigador de la FLACSO. Consultor internacional. Ex-ministro de Energía y Minas. Ex-presidente de la Asamblea Constituyente.


Publicado en América Latina en Movimiento Nº 454, abril de 2010, "Por un nuevo amanecer para la Madre Tierra", coedición ALAI - Fundación Solón.
http://alainet.org/publica/454.phtml

La deuda climática como una estrategia política subversiva

- - - Servicio Informativo "Alai-amlatina" - - -

Nicola Bullard

ALAI AMLATINA, 19/04/2010.- Quizás sin entender plenamente el significado ni las implicaciones, los movimientos progresistas han gravitado en torno a la consigna de la "deuda climática" como un camino hacia el complejo mundo de las negociaciones sobre el clima.

Es fácil entender por qué: la deuda es un concepto simple y en un mundo justo, las deudas deben ser pagadas. Sin embargo, -más que eso- la noción de deuda climática llega al centro de la política en torno al cambio climático. Plantea la cuestión central de la responsabilidad histórica y de quién debe a quién y para qué. Y mediante la redefinición de la "deuda" como un problema sistémico en lugar de un problema financiero, replantea las tradicionales relaciones entre ricos y pobres. Por lo general, son los ricos quienes son los acreedores, exigiendo el pago a los pobres, pero la deuda climática invierte esta relación: ahora son los pobres y los marginados -el Sur Global- quienes reclaman sus deudas, no para beneficio personal, sino para el futuro de la humanidad y la Madre Tierra.

En tal sentido, la deuda climática es una idea potente que vincula problemáticas, grupos sociales y estrategias, con el atractivo añadido de usar un lenguaje sencillo como un caballo de Troya para introducir ideas complejas y potencialmente subversivas. Pero si no tenemos una idea clara de lo que "nosotros" entendemos por deuda climática, siempre existe el riesgo de que los principios e ideas que la sustentan sean cooptadas y se diluyan. Tal vez no exista una definición definitiva de la deuda climática, pero como movimientos y activistas por la justicia social, es útil tener una visión común de lo que queremos decir, y lo que estamos pidiendo.

¿Qué es la deuda climática?

El concepto de deuda ecológica ha estado presente durante varios años. Acción Ecológica de Ecuador habla de la deuda ecológica como "la deuda acumulada por los países del Norte industrial hacia los países y pueblos del Sur a causa del saqueo de recursos, los daños ambientales y la ocupación libre del espacio ambiental como depósito de desechos, tales como los gases de efecto invernadero".

En términos contables, la deuda climática es sólo un renglón en el balance mucho mayor de la deuda ecológica, pero puede ser dividida en partes comprensibles y medibles.

Una parte de la deuda climática se refiere a los impactos de la emisión excesiva de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global: fenómenos climáticos extremos y frecuentes, inundaciones, sequías, tormentas, pérdida de tierras cultivables y de la biodiversidad, enfermedades, falta de acceso a la tierra, migración, pobreza y muchos más. En el lenguaje de la ONU, estos impactos humanos muy reales son agrupados y puestos en "cuarentena" como los costos de "adaptación".

Un segundo elemento de la deuda climática es el costo de la reorganización de las sociedades y las economías de tal manera que las emisiones de gases de efecto invernadero sean radicalmente reducidas: es lo que se llama mitigación, y abarca a casi todos los aspectos de la actividad humana desde la agricultura, la energía y el transporte, hasta la forma en que las ciudades se organizan, los patrones de consumo y el comercio mundial. Para el gobierno boliviano es equivalente a una "deuda por desarrollo", que sería compensada al garantizar que todas las personas tengan acceso a servicios básicos y que todos los países sean lo suficientemente industrializados para garantizar su independencia.

Una tercera parte de la deuda es más difícil de calcular: algunos lo llaman la deuda de las emisiones. Se refiere al hecho de que los países ricos han gastado la mayor parte de la capacidad de la atmósfera para absorber gases de efecto invernadero, sin dejar "espacio atmosférico" para el que el Sur pueda "crecer". Dado que existe una correlación muy alta entre el crecimiento económico y las emisiones de gases de efecto invernadero en el contexto tecnológico actual, esto equivale a decir que los países en desarrollo deben limitar su crecimiento económico. La única manera de compensar esta deuda es si los países ricos reducen drásticamente sus propias emisiones.

El gobierno boliviano incluye otros dos elementos en el cálculo de la deuda climática. Además de la adaptación, la mitigación y la deuda de las emisiones, identifica una "deuda de migración", que quedaría compensada por el abandono de prácticas restrictivas de la migración y con el tratamiento de todos los seres humanos con dignidad; y, por último, la deuda con la Madre Tierra.

De acuerdo con el gobierno boliviano, esta deuda es "imposible de compensar por completo, debido a que las atrocidades cometidas por la humanidad han sido demasiado terribles. Sin embargo, la compensación mínima de esta deuda consiste en reconocer el daño causado y la adopción de una Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de la Madre Tierra, para garantizar que los mismos abusos no se repitan nunca más en el futuro. "

Teniendo en cuenta todos estos componentes, la deuda de los ricos a los pobres es inconmensurable.

¿Quién es responsable de la deuda climática?

Esta pregunta está en el centro de las negociaciones de la CMNUCC, pues, detrás del lenguaje técnico, en el fondo se trata de dinero e intereses económicos. Es por eso que EE.UU. impulsó el Acuerdo de Copenhague durante la COP 15; para redefinir quién es responsable y así evitar el pago de sus cuotas.

La situación actual es que los países ricos -y especialmente los que tienen la mayor acumulación de emisiones históricas- simplemente no están dispuestos a pagar su deuda. Después de haber acumulado su riqueza y seguridad sobre las espaldas de los pobres, a través de la destrucción de la naturaleza y la extracción de recursos, los países europeos ricos, EE.UU., Japón, Australia y Canadá se niegan a pagar la factura, tanto en términos de los costes reales de mitigación y adaptación, como también en términos de cambiar su propio consumo despilfarrador. No sólo se niegan a reducir sus propias emisiones -y de esta forma trasladan a los demás la carga de la reducción- sino que también están tratando de echar la culpa a los países en desarrollo como China, Brasil e India, cuyas emisiones actuales están creciendo a un ritmo rápido.

¿La deuda se podrá pagar?

Si bien algunos aspectos de la deuda se pueden contar y calcular -por ejemplo, los costos de las tecnologías limpias, la restauración de los bosques devastados, el recambio a la agricultura sostenible o la construcción de infraestructura apropiada al clima-, la deuda real no puede ser calculada. Es mucho más que una cifra o dinero; la deuda climática simboliza más de 500 años de relaciones desiguales entre el Norte y el Sur, entre ricos y pobres, entre explotadores y explotados.

La deuda climática es también una medida de la total locura del capitalismo -ya sea como mercado libre o estatal- como modelo para la gestión de la sociedad humana y los ecosistemas de la Tierra. En última instancia, la única manera de que la deuda se podría pagar es asegurando que las relaciones históricas de desigualdad sean rotas de una vez por todas y que no se acumulen "nuevas" deudas. Esto requiere de un cambio de sistema, tanto en el Norte como en el Sur. Por eso la deuda climática es una idea tan subversiva. (Traducción ALAI).

- Nicola Bullard es integrante de Focus on the Global South -con sede en Bangkok, Tailandia-. http://www.focusweb.org

Publicado en América Latina en Movimiento Nº 454, abril de 2010, "Por un nuevo amanecer para la Madre Tierra", coedición ALAI - Fundación Solón

16 de abril de 2010

Manifestación contra una enorme presa en la Amazonia

Unas 850 personas se manifestaron el lunes en la capital de Brasil, Brasilia, contra la enorme presa de Belo Monte que se proyecta construir en la Amazonia brasileña.

De construirse, la presa sería una de las más grandes del mundo. Anegaría una gran extensión de terreno, dejaría sin agua el cauce del río Xingú en algunos tramos y reduciría la pesca de la que dependen los indígenas de la zona, entre los que se encuentran los kayapó, los arara, los juruna, los araweté, los xikrin, los asurini y los parakanã.

La presa atraería además a muchos colonos a la zona, que utilizarían las tierras indígenas y traerían consigo enfermedades que supondrían una amenaza para estos pueblos. Los indígenas no contactados de la zona apenas tienen resistencia frente a enfermedades del exterior, que para ellos podrían ser mortales.

Muchos creen que la energía generada por la presa beneficiaría a la industria minera. El Gobierno brasileño debate en estos momentos un proyecto de ley que permitiría la explotación minera en tierras indígenas. Si dicho proyecto se aprueba, las comunidades indígenas sufrirán degradación medioambiental y posibles disputas territoriales. Davi Kopenawa, chamán y portavoz yanomami, se ha posicionado en contra de este proyecto de ley sobre minería que podría ser devastador para los pueblos indígenas.

Representantes de comunidades indígenas que se verán afectados por la presa protestaron el lunes acompañados de activistas pro-derechos humanos y medioambiente, así como del director de la película Avatar, James Cameron, y dos de sus protagonistas, Sigourney Weaver y Joel David Moore.

La marcha partió de la Catedral Metropolitana y transcurrió por los Ministerios gubernamentales involucrados en el polémico proyecto, así como por el Congreso Nacional.

Los manifestantes, respaldados por numerosas organizaciones nacionales e internacionales, pedían la invalidación de la licencia preliminar y la cancelación del concurso que adjudicaría los contratos de construcción de la presa. El concurso está programado para el 20 de abril.

El mes pasado, James Cameron visitó a los pueblos indígenas de la región Big Bend (gran curva) del río Xingú y dijo: “Para los que viven a lo largo del río, como llevan haciendo durante milenios, la presa supone el fin de su modo de vida. Ruego al Gobierno brasileño y al presidente Lula que reconsideren este proyecto”.

El 1 de abril se envió a las Naciones Unidas un documento firmado por más de cien organizaciones advirtiendo que el proyecto se ha aprobado ilegalmente, que las comunidades afectadas no han sido consultadas debidamente y que algunos de los activistas que se oponen a la presa están recibiendo amenazas de muerte.

La semana pasada, oficina del fiscal general de Brasil emitió dos documentos ordenando la cancelación de la licencia de Belo Monte, alegando que el proyecto viola la legislación medioambiental y la constitución brasileñas y que los pueblos indígenas de la zona no fueron consultados como procedía. Las conclusiones serán estudiadas por un juez federal y el veredicto podría emitirse antes de la fecha del concurso.

Una red de organizaciones defensoras de los derechos humanos, medioambientales y económicos en Brasil ha publicado también un informe condenando el impacto devastador que tendría la presa y solicitando la cancelación de la licencia.

Algunas de las empresas que, según estaba previsto, licitarían para los contratos de la construcción de la presa se han retirado. El presidente Lula ha insistido, sin embargo, en que la construcción de la presa seguirá adelante con o sin la participación de dichas empresas.

Los indígenas de la zona se han manifestado en diversas ocasiones contra la presa y están proyectando para antes del 20 de abril otra manifestación multitudinaria en la región “Big Bend” del río Xingú. Han advertido asimismo que, si se procede a la construcción de la presa, iniciarán una guerra, y que “el Xingú podría convertirse en un río de sangre”.

Survival ha enviado una protesta al Gobierno de Brasil por el proyecto.

15 de abril de 2010

Propuesta para una declaración universal de los Derechos de la Madre Tierra

"El reconocimiento de la Madre Tierra como titular de derechos que existen desde antes de la existencia de la humanidad, exige necesariamente la transformación del concepto tradicional de sujeto de derecho propio de una visión antropocéntrica de intervención de la naturaleza".
 
La Madre Tierra ha venido evolucionando hace 4.500.000.000 de años, a partir de elementos abióticos, luego se incorpora en su dinámica los elementos bióticos y en el momento actual estamos interrelacionados con ellos, provocando grandes transformaciones que han modificado muchos procesos naturales, los cuales se están revertiendo contra nosotros mismo, lo que da lugar a que la especie humana pudiera desaparecer. Así que la Tierra continuará evolucionando con o sin nosotros en la medida que sigamos perturbando su equilibrio ecosférico.

Por este motivo los movimientos y organizaciones sociales organizaron en Mérida, Venezuela, el 20 de marzo de 2010 una Cumbre Nacional acerca de los cambios climáticos y los derechos de la Madre Tierra para elaborar una declaración que será presentada ante la Conferencia Mundial de los Pueblos y Cambios Climáticos y los Derechos de la Madre Tierra en Cochabamba, Bolivia del 19 al 22 de abril de 2010, en esta declaración se propone los derechos de la Madre Tierra y los deberes u obligaciones de la especie humana para con esos derechos que garanticen la continuidad del ser humano en el proceso de evolución de ella.
EN EL AMBITO DE LOS DERECHOS EMERGENTES DE LA MADRE TIERRA (PACHAMAMA):
Reconocemos:
-La necesidad de entender que el cambio climático es una oportunidad para avanzar en la profundización del catálogo de derechos humanos hasta ahora reconocidos como derechos de primera, segunda y tercera generación.
-En virtud de lo anterior, la especie humana debe ahora tener más obligaciones que derechos para con la Madre Tierra.
-La condición de los derechos de la Madre Tierra da cuenta en definitiva de los derechos emergentes de las generaciones futuras (carácter transgeneracional) convertidos hoy principalmente en obligaciones de las generaciones actuales.
-La noción de derechos colectivos emergentes está fundada en el arropamiento que de los mismos hace la Madre Tierra en su condición de nuevo sujeto de derecho a través de los cuales se garantizan los de las generaciones futuras.
-Un Tribunal Internacional de Justicia Ecológica tendría como fundamento la obligación de establecer estrategias e implementar acciones en las cuales haya una reversión de la carga de la prueba en cuanto al impacto que sobre el Planeta Tierra pueda causar una determinada actividad humana. En este sentido, el Tribunal tendría competencia para aplicar aun de oficio y sin juicio previo sanciones a empresas, Estados, corporaciones e individuos, partiendo de la aplicación real y efectiva del principio precautorio in dubio pro natura recogido en la Declaración de Principios de la Cumbre de la Tierra de 1992 (Cumbre de Río). Es decir que pudiera sancionar y suspender, en los casos en que sea necesario, la participación y expansión de las grandes corporaciones, multinacionales y transnacionales como principales responsables de las consecuencias de los cambios climáticos, en las políticas, planes y programas de los proyectos agro-productivos actuales, públicos y privados.
Premisas para un catálogo de Derechos de la Madre Tierra:
El reconocimiento de la Madre Tierra como titular de derechos que existen desde antes de la existencia de la humanidad, exige necesariamente la transformación del concepto tradicional de sujeto de derecho propio de una visión antropocéntrica de intervención de la naturaleza.
1.- Los derechos de la Madre Tierra incluyen a la totalidad de los derechos humanos consagrados y aun los que no figuren expresamente.
2.- En este sentido, los derechos emergentes de la Madre Tierra serian así el resultado de la conjunción de un conjunto de derechos nuevos de las generaciones futuras que se configuran en obligaciones de las generaciones presentes.
3.- El nuevo sujeto de derecho es la Madre Tierra, pero por el interés general o difuso que implica su ejercicio, nada impide que estos derechos tengan un destinatario más específico que serían los hombres y mujeres que se puedan erigir en su nombre.
4.- El carácter de estos sujetos de derecho que actúan en nombre de la Madre Tierra lo hacen con una finalidad muy concreta: evitar cualquier actividad que ponga en peligro el buen vivir, primero del Planeta y luego de la especie humana.
5.- La premisa más importante de los derechos de la Madre Tierra lo constituye el carácter territorial de los mismos, es decir, todo espacio rico en diversidad biológica y cultural (tangible e intangible) le da contenido a los derechos de la Madre Tierra. Ese seria el carácter territorial de los derechos emergentes.
6.- En virtud de lo anterior, los derechos territoriales son aquellos que son reconocidos a los pueblos y comunidades indígenas, a las comunidades campesinas y rurales y a las comunidades locales o a cualquier otra, que se erijan en nombre de la Madre Tierra para promover acciones de justicia que busquen su cuidado y el buen vivir.
7.- Los derechos de la Madre Tierra se desarrollan y configuran a través de derechos territoriales, los cuales serían la complementación de los derechos indígenas, de los derechos de los agricultores o de los derechos de otros colectivos sociales que requieren del territorio, de la tierra y de los recursos para garantizar su propia sobre-vivencia.
8.- Los derechos de la Madre Tierra entrarían dentro de la categoría de derechos que hemos denominado derechos colectivos emergentes. Estos tienen por objeto garantizar los bienes comunes (públicos) de la humanidad, para preservar la vida en y del Planeta Tierra y la continuidad de la especie humana.
9.- La noción de emergencia de derechos colectivos, se fundamenta en la idea de la aparición de nuevos actores sociales sujetos también de nuevos derechos emergentes. Pero también se manifiesta en la idea del establecimiento junto a los derechos, de obligaciones para con las generaciones futuras, pero sobre todo, de compromisos con la Madre Tierra. El ejercicio aquí de un derecho es indisoluble a la materialización de una obligación.
10.- Uno de los aspectos centrales de estos derechos, es que tanto su ejercicio como su materialización se produce "de abajo hacia arriba", es decir, desde los propios sujetos de derechos. Un sujeto de derecho es aquel a quien va dirigido una norma en la cual se establecen derechos y obligaciones. En consecuencia, un sujeto de derecho es también el destinatario de una norma
11.- El ejercicio de estos derechos colectivos emergentes puede darse también mediante la definición e implementación de políticas públicas "desde abajo"; la cual se convertiría en un instrumento y en un mecanismo para el ejercicio de derechos reconocidos en el ámbito nacional e internacional.
DEBERES U OBLIGACIONES DE LA ESPECIE HUMANA PARA CON LA MADRE TIERRA
Reconocemos:
1.- La valoración y darle la prestancia apropiada a los conocimientos de nuestras civilizaciones ancestrales, indígenas y campesinos, útiles para el conocimiento de nuestra agrobiodiversidad amenazada por los cambios climáticos.
2.- El hecho de acompañar a las fuerzas sociales de cambio considerando la participación amplia, formativa y efectiva en la implementación de acciones para mitigar los cambios climáticos y aminorar las consecuencias suscitadas.
3.- La falta de liderazgo y voluntad política mundial y de estrategias adecuadas y eficientes para combatir las causas y enfrentar las consecuencias de los cambios climáticos.
4.- El resguardo de la transferencia intergeneracional de los saberes tradicionales a las generaciones futuras y de nuestra interculturalidad tropical, base de la cultura por la vida, que se ve amenazada por los cambios climáticos irreversibles los cuales han llegado para quedarse
5.- La especulación financiera suscitada en la comercialización de los sumideros de carbono.
6.- La pérdida de nuestros recursos biológicos y su sustento así como por la pérdida de la agrobiodiversidad lo que potencialmente hará que los gobiernos se debiliten en la gestión de políticas públicas.
7.- La presencia de políticas públicas agroecológicas a objeto de prevenir, corregir y mitigar los impactos de las energías y sustancias contaminantes en la degradación de los suelos.
8.- Que los cambios climáticos afectan desigualmente nuestros territorios rompiendo la relación del equilibrio ecológico, social, económico y espiritual.
9.- Los tipos de hambre que continuamos padeciendo, en especial, los asociados a los cambios climáticos, el de las sequías, inundaciones y demás fenómenos naturales, lo cual genera más precariedad, pobreza y exclusión.
10.- El despilfarro energético y la expoliación de los elementos naturales que la agricultura industrial impone, produciendo un 34% de los gases de invernaderos evidenciando el entrampamiento que significan los modelos científicos tecnológicos dominantes de producción agrícola.
11.- Los cambios en los procesos de floración y maduración de distintas especies de plantas alimenticias y medicinales, que están afectando la producción en los diferentes espacios de la economía agrícola y en consecuencia, la seguridad y soberanía agroalimentaria.
12.- La sociedad humana debe ser preventiva y actuar ante los embates socio-ambientales que generan las migraciones causadas por los problemas ambientales.
13.- Algunos principios que debemos tomar en cuenta en nuestro accionar como el de precaución, de irreversibilidad cero, recolección sostenible, vaciado sostenible donde la explotación de los recursos sea menor a la tasa de renovación.

Propuestas de obligaciones o deberes:
1. Reducir el consumo de bienes y servicios porque a medida que ello ocurra habrá mayor explotación de elementos naturales y mayor contaminación de ellos al usar los medios naturales como sumideros de los residuos gaseosos, líquidos y sólidos generados por las actividades humanas.
Además reusar y reciclar los residuos sólidos.
2. Consumir directamente más productos naturales agroecológicos porque permitiría ahorro energético en los procesos agrícolas e industriales.
3. Educar la conciencia en el ser humano a través de la integración del sentir, pensar y actuar en la persona a fin de educar para la vida a objeto de lograr un individuo responsable con el cuido de la madre Tierra.
4. Implementar y consolidar los conocimientos, leyes, tecnología, organización social, políticas, planes, programas y proyectos que permitan reducir, controlar y adaptarse a los cambios climáticos.
5. Emplazar a quien(es) tenga(n) responsabilidad(es) formales-morales jurídicas y políticas dentro del juego de poder económico mundial:
6. Iniciar, a partir de ahora, procesos inmediatos de sustitución de la energía fósil petróleo. Esto implica que para el año 2020 debemos llegar como sociedad planetaria a una disminución aproximada del 35 al 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero, teniendo como referencia los valores ubicados en el año de 1990.
7. Solicitar reconocimiento y compensación por parte de las naciones responsables del mayor emisión de gases de efecto invernadero. Y en general cualquier proyecto que involucre el uso de los recursos naturales
8. Reconocer a los refugiados y desplazados por razones ambientales, y recompensarles por los agravios ecológicos ocasionados por los cambios climáticos, deteniendo la nefasta degradación de la vida humana y ambiental en los espacios sociales agropoductivos.
9. Prohibir el uso definitivo de tecnologías ambientalmente peligrosas que incrementarán las consecuencias actuales producidas por los cambios climáticos, por el alto nivel de contaminación residual y de efectos irreversibles e inter-actuantes con el ambiente y la salud humana; tecnologías peligrosas como la energía nuclear, ensayos militares, agrocombustibles, captura de carbono, la nanotecnología y la transgénica entre otras tecnologías.
10. Promover, impulsar, consolidar y masificar el uso de tecnologías apropiadas, endógenas y ambientalmente sustentables, las cuales sirvan de antídotos en la recuperación y preservación de los recursos naturales, en especial los bosques y aguas. Otras tecnologías como el uso de la energía solar, eólica, agua y biogás, así como ahorro energético en la producción de biomasa deben fomentar su aplicación.
11. Promover, impulsar y practicar incansablemente las técnicas agroecológicas, con la finalidad de lograr la producción de oxígeno, agua, suelo y alimentos para satisfacer las necesidades vitales humanas, a objeto de establecer definitivamente las bases de la soberanía y seguridad agroalimentaria de la población mundial.
12. Exigir y fomentar iniciativas productivas así como procesos de formación y fomento de la investigación en el área de la agrobiodiversidad, la cual constituye la principal eco-base material de la ciencia y tecnología agroecológica.
13. Introducir medidas para el uso y distribución de la tierra y otros recursos naturales de producción en el mejoramiento y capacidad de uso de la agrobiodiversidad, basándonos en los conocimientos y diálogo de saberes ancestrales y tradicionales.
14. Garantizar la equidad de género en los espacios de participación político y socio productivo promoviendo relaciones en armonía con la interculturalidad y la integralidad con el ecosistema.
15. Revalorar la inmensa variedad de la agrobiodiversidad tropical sobre la base de nuestra soberanía y seguridad agroalimentaria, confiriendo el prestigio social y el beneficio colectivo de los preservadores originarios (indígenas y campesinos) quienes en su consuetudinario y armónico trabajo con la naturaleza, nos obligan a interpretar los derechos emergentes que ellos reflejan en su largo e histórico devenir.
16. Confeccionar estrategias de adaptabilidad social, ambiental y productiva en nuestros espacios sociales, desde la valoración y debate permanente de las múltiples complejidades producidas por los cambios climáticos.
17. Conformar grupos locales y de base social para impulsar dinámicas de formación y movilización que enfrente la actual crisis en todos los niveles, desde la perspectiva de los niños, mujeres, hombres, pueblos originarios y generaciones venideras entre otras.
18. Luchar por espacios de participación proponiendo, desarrollando y ejerciendo controlaría social en cualquier nivel nacional, regional y local-comunitario, de políticas públicas tendientes a reducir los cambios climáticos.
19. Hacer efectiva la conservación integral, preservación y uso sustentable de la agrobiodiversidad a cualquiera de las políticas, planes, programas y proyectos públicos y privados como estrategia para - efectiva y sustancialmente - disminuir los cambios climáticos y reducir el hambre y la pobreza.
20. Declarar por parte de los pueblos latinoamericanos a la selva Amazona como zona de esencial importancia en la regulación de los cambios climáticos de nuestros países y órgano vital de la Pachamama.
21. Apoyar la medida de crear en territorio venezolano al Parque Nacional El Caura como el único Parque que comprenda una gran cuenca hidrográfica y representaría el Parque Nacional más grande del mundo en selva tropical.
22. Impedir la instalación de plantas nucleares en América Latina por los peligros que corren por la contaminación radiactiva, por otra parte no existe tratamiento adecuado de los residuos radiactivos, los cuales se quieren enterrarlos en la tierra o hundirlos en el fondo de los océanos.
23. Hacer efectivo la conservación integral, preservación y uso sustentable de la agrobiodiversidad
 
Esta declaración fue discutida en seis mesas de trabajo por 84 participantes, evento organizado por el IPIAT, CEPSAL, el 20 de marzo de 2010 en la ciudad de Mérida, Venezuela